¿Sabías que en el Museo del Louvre hay cuadros que "robaron" de Sevilla?

Estos cuadros pertenecen al pintor Bartolomé Esteban Murillo y fueron expoliados en 1810.

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'San Pedro penitente', de Murillo, uno de los cuadros que se quieren vender / MG

La Invasión de Sevilla por parte de los franceses tuvo lugar el 1 de febrero de 1810 en el contexto de la Guerra de la Independencia. Esta se prolongaría durante ocho meses, hasta que finalmente en agosto los españoles conseguirían ganar a los franceses con ayuda británica.

Durante este periodo de tiempo, el expolio que vivió la hispalense tuvo consecuencias que persisten en la actualidad. Esto es lo que sucede con muchos de los cuadros de Murillo, que lejos de estar en Sevilla, donde fueron pintados, lucen hoy en una de las salas del museo del Louvre, en París. Tan solo diez de las obras sustraídas por los invasores fueron devueltas a Sevilla.

El expolio sevillano

Tras la capitulación de Sevilla en el año 1810 los franceses aprovecharían la ocasión para llevarse consigo los cuadros de Bartolomé Esteban Murillo con el claro objetivo de destinarlos al nuevo museo de Napoleón en París. Por este entonces Murillo era uno de los pintores más populares de la Europa del XIX. En total sustrajeron 43 de sus obras que ubicaron, en un primer momento, en los Reales Alcázares de Sevilla. Junto a estas 43 había una Inmaculada que está en paradero desconocido así como otras obras de diferentes autores (en total expoliaron 999 cuadros).

Aunque en un primer momento se consideró que los cuadros estaban en el Alcázar porque se pretendía hacer un museo en su interior, lo cierto es que la mayoría de obras acabarían trasladándose a París y de ahí, serían repartidas por otros sitios del mundo tras una subasta. Muchas de estas pinturas pertenecían a Murillo y de todas ellas solo 10 serían devueltas a Sevilla, directamente desde el Alcázar.

La mayoría de obras devueltas a Sevilla permanecen en la actualidad en el Museo de Bellas Artes, en el de los Venerables o en templos como Santa María La Blanca o Santa Catalina. Otras no corrieron tanta suerte y es que, aunque el gobierno francés devolviera la Inmaculada que Murillo pintó para los Venerables, esta acabaría en el museo del Prado, en Madrid, a pesar de los intentos de historiadores e instituciones sevillanas para que la pintura volviera a la hispalense.

El expolio artístico que sufrió Sevilla se saldó con un total de 173 cuadros, aproximadamente, que partieron de la ciudad en el año 1812. De todos ellos habría 32 pinturas de Murillo, 28 de Zurbarán, 25 de Alonso Cano, 8 de Valdés Leal, 5 de Herrera el Viejo, 3 de Rubens y 2 de Roelas. A día de hoy hay un gran número de estas obras que están repartidas por diferentes lugares del mundo como Otawa, Dresde, Londres o Colonia y que desde que salieron de Sevilla, en el siglo XIX, no han vuelto a pisar la hispalense.

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