Un museo de artesanía

El cuidado y el mimo que el maestro artesano Antonio Lora, ya jubilado, ha puesto en todas sus creaciones están disponibles para que la pueda apreciar todo el mundo en el Centro de ocio Zona Este. Desde mañana, multitud de objetos que ha ido reuniendo en su colección privada, provenientes tanto de su trabajo como de los artistas sevillanos del mueble, estarán al alcance de todos. Tallas, cuadros, relojes o trabajos de forja que no sólo llamará la atención de los buscadores de antigüedades, sino de cualquiera que busque curiosidades artesanas con el distintivo que da lo hecho a mano.

Esta amplia exposición recoge una selección compuesta por casi 400 piezas en un local de 300 metros. Son objetos recopilados desde los años 60, tanto realizados por el artesano como adquiridos en anticuarios y a otros artesanos a lo largo de su trayectoria profesional.

Durante toda su vida, Antonio Lora se ha dedicado a la investigación y aplicación de nuevas técnicas en acabados de muebles, forjas, cerámica y materiales complementarios. Esta colección es también un repaso de su aprendizaje como artista puesto que algunas de las que realizaba pasaban a formar parte de su colección. En total cuenta en su haber con casi 4.000 referencias. Aunque su sueño inicial era hacer un museo, la actual coyuntura económica lo han hecho imposible. De hecho, las piezas expuestas también están a la venta.

Antonio Lora es un maestro artesano que aprendió el oficio desde muy joven. Su primeros encuentros con el mundo del arte comenzaron a los 13 años, cuando entró como aprendiz en el taller de un orfebre, Jesús González, donde estuvo hasta el año 1960. Un año después continúa su proceso de aprendizaje y formación en los talleres de Arteferro, empresa sevillana fundada por un anticuario alemán y que estaba dedicada a la reproducción de muebles y artículos de decoración de forja y tallas antiguos, llegando a ser en 1972 maestro artesano. Durante estos 20 años es la época más creativa de Arteferro.

Más tarde se establece por su cuenta, fundando un taller con sus cinco hijos en el que llega a tener trabajando hasta 40 personas. En el año 2005 pasa a comprar la marca y el museo de Arteferro. Durante toda su vida no sólo ha buscado nuevos diseños para sus muebles, sino que creó pátinas y acabados totalmente originales que hacen que sus creaciones se distingan de las demás.

Toda su vida profesional la enriqueció dedicado a la investigación y aplicación de nuevas técnicas en acabados en muebles, forja y cerámica, creando una linea llamada Colección Antonio Lora que el mismo definió como un intento por "plasmar el sentimiento y la percepción que tengo de Sevilla, ciudad que me vio nacer y que es fuente de mi inspiración desde hace mas de cincuenta años. Es un paseo por los jardines de Sevilla y junto con sus flores y sus colores, descubres las fuentes jugueteando con el agua, ¿por qué utilizar el mueble como vehículo de expresión artística? La pregunta va unida al destino de mi persona", explicó.