Murillo, Bécquer o Colón: recorrido por las tumbas ilustres de Sevilla
Los restos de muchos personajes ilustres reposan en diferentes lugares de Sevilla.
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Sevilla no solo ha visto nacer a grandes personajes ilustres que han hecho historia por la labor que desempeñanaban sino que ha sido lugar de paso de muchos otros y otras que, aunque no son originales de la provincia, sí han pasado una buena parte de su vida aquí y cuyos restos reposan en la capital.
En el cementerio de San Fernando se encuentran las tumbas de personalidades como Juanita Reina, Paquirri o Ramón Sánchez Pizjuán pero, aun con más calado histórico, en algunas zonas de la hispalense descansan los restos de Cristóbal Colón, Fernán Caballero o Murillo y puesto que cada uno de ellos se encuentra en una localización diferente de la ciudad, en muchas ocasiones sus tumbas pasan desapercibidas. Estas son algunas de las más representativas:
Panteón de los sevillanos ilustres
Debido a la gran presencia de artistas sevillanos, la ciudad cuenta con un panteón dedicado en exclusiva a sevillanos y sevillanas ilustres que, de hecho, recibe este mismo nombre. Se trata de un gran mausoleo que se encuentra bajo la iglesia de la Anunciación y en el que descansan muchos de los grandes intelectuales de antaño. Las personas que se encuentran en él son los hermanos Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer, cuyos enterramientos están adornados con símbolos como el libro de «Rimas» o las golondrinas, Amador de los Ríos, José Gestoso, Rodrigo Caro, Arias Montano, Fernán Caballero Alberto Lista, los Ponce de León, Mateos Gago, Martín Villa, José María Izquierdo, Federico Sánchez-Bedoya o Cecilia Bohl de Faber.
Los restos de Murillo
Los restos de Bartolomé Esteban Murillo yacen en alguna parte del sitio que ocupaba la antigua sinagoga de Santa Cruz. El punto exacto en el que se encuentran sus cenizas es, sin embargo, uno de los mayores misterios que guarda la ciudad ya que esta construcción quedó destruida con a ocupación francesa en el siglo XIX y, como consecuencia, los restos de Murillo quedaron sepultados en algún lugar inconcreto de la actual plaza que preside la Cruz de Cerrajería.
El pintor murió a consecuencia de un accidente laboral, cuando cayó del andamio desde el que se encontraba pintando un gran lienzo para la iglesia del convento de los Capuchinos de Cádiz en la calle Santa Teresa en el año 1681. Aunque se creyó que esta caída no había sido grave, le provocó lesiones internas que acabaron provocando su muerte un año más tarde, en 1682.
En en lugar en el que está enterrado se encuentra actualmente una plaza que dice: «Para perpetuar la memoria de que en el ámbito de esta plaza, hasta poco hace, templo sagrado, están despositadas las cenizas del célebre pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo. La Acedemia de Bellas Artes acordó poner esta lápida, modesto monumento, pero el primero que se consagra a su ilustre fundador. 1858».
Tumba de Hernán Cortés
Los restos de Hernán Cortés descansan en la actualidad en México ya que ese era su deseo, pero durante un tiempo permanecieron en Castilleja de la Cuesta.
Hernán Cortés falleció en 1547 en el municipio sevillano de Castilleja de la Cuesta, concretamente en el palacio que en la actualidad pertenece al colegio de Las Irlandesas. Según dejó escrito en su testamento, quería ser enterrado en México por ser el lugar que había conquistado. Sin embargo, de forma provisional quedó en el panteón familiar de los duques de Medina-Sidonia, actual monasterio de San Isidoro del Campo. Posteriormente en 1567, dos de sus hijos trasladaron sus restos a México. Debido a que en el país americano no tenía buena fama por su perfil de conquistador, tuvieron que trasladarlo a diferentes lugares para que permanecieran ocultos y nadie los profanara.
Tumba de Colón
En el lado derecho de la nave del crucero de la Catedral de Sevilla, junto a la puerta de Campanillas, se encuentra la tumba de Cristóbal Colón desde el año 1899. Aunque durante muchos años se creyó que los restos allí presentes no correspondían al personaje histórico, los últimos estudios de ADN realizados en la Universidad de Granada en 2006 certificaron que se trataba de él. A su muerte en 1506 sus restos estuvieron en Valladolid pero tres años después su hijo Diego mandó trasladarlos al monasterio de la Cartuja en Sevilla. Después pasaron por Santo Domingo y por La Habana hasta que finalmente regresaron a España, concretamente a la Catedral de Sevilla.
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