Estos son los mejores restaurantes (y platos) para acertar en Sevilla, según Traveler

Sevilla está repleta de bares de todo tipo. Desde los más tradicionales con tapas clásicas como las espinacas con garbanzos o el montadito de pringá, hasta los más vanguardistas y con inspiraciones y recetas de otros países del mundo. Muchos de ellos, tanto clásicos como modernos, elaboran comida de gran calidad que merece la pena probar. Sin embargo, muchas de las rutas de bares que se hacen de la ciudad tienen en cuenta, casi exclusivamente, a los establecimientos con más solera. Aunque esto no es de extrañar, en Traveler, revista de viajes y estilo de vida, han querido hacer algo diferente y hablar de aquellos restaurantes más novedosos de la hispalense que también son marca Sevilla. En ellos hay jóvenes chefs con proyectos ambiciosos que, como dicen en el citado medio, «están dando de qué hablar tanto dentro como fuera de las fronteras andaluzas».

Sr. Cangrejo

Este restaurante de apenas dos años cuyos anfitriones son Jesús León y Fátima Villanueva es uno de los lugares que más prometen en cuanto a cocina de la ciudad. Ubicado en la calle Harinas, número 21, Cuenta con un salón con mesas altas y bajas y una barra (Barrita Brava) en la que también se puede disfrutar de sus preparaciones. Tal y como sostienen el Traveler, en Sr. Cangrejo «defienden una cocina de autor colmada de sensibilidad, talento y alma, que constituye la apuesta más personal de ambos».

Este establecimiento es especialmente famoso por trabajar con productos frescos, siendo el pescado uno de sus grandes protagonistas.«Si estás de suerte y la tortilla soufflé está entre las propuestas del día, no lo dudes porque te fascinará», aseguran en el medio viajero. También cuentan con una interesante bodega de vinos y con unos postres que no dejan indiferente a nadie. En Traveler destacan su arroz con leche o su flan de pistacho.

Barra Baja

Barra Baja abrió en el año 2019 de la mano de Patricia Moliner y Rafa Liñán en la calle Javier Lasso de la Vega, número 14. A pesar de la llegada de la pandemia, Barra Baja «logró convertirse en todo un referente de lo nuevo que está sucediendo en la capital andaluza». En este establecimiento cuidan tanto el producto, fresco y de calidad, como la forma, ya que fusionan calidad y creatividad en sus elaboraciones. En Traveler recomiendan probar su steak tartar, del que dicen que puede ser el mejor de la ciudad.

Leartá

Leartá, ubicado en la calle Padre Tarín, número 6, cuenta con un pequeño establecimiento en el que solo hay cinco mesas «en las que disfrutar del menú degustación que figura en su oferta como única opción». Al frente de los fogones están Manu Lachica y Rita Llanes y en ellos elaboran las recetas más clásicas pero reversionadas. Como dicen en Traveler, «una auténtica oda a las raíces colmada de pasión y mucho, mucho sabor».

Kinu

Kinu es «el restaurante japonés de referencia en la capital sevillana». Ubicado en la calle Luis de Mañara, número 11, este restaurante a cargo del chef José Cerdá cuenta con una barra omakase, la primera de la ciudad. En ella, seis comensales «tienen la oportunidad de vivir en cada servicio una experiencia única basada en la confianza en el maestro itamae, que prepara un completo y delicioso menú degustación inspirado en las recetas más auténticas del país del sol naciente» con las que se puede disfrutar de una manera diferente de la tradición culinaria japonesa. En esta experiencia están presentes los otsumamis y niguiris, diferentes cortes de pescado «y una excelsa selección de sakes», detallan en Traveler.

LaLola de Javi Abascal

Si por algo se caracteriza el restaurante LoLola, de Javi Abascal, es por la preparación de sus carnes y, más concretamente, la de cerdo ibérico. Como dicen en Traveler, «si hay un chef que controla y cocina todas y cada una de las partes de este producto sabiendo sacarle al máximo su potencial, ese es Javi Abascal». Su menú es 100% ibérico y no deja indiferente a nadie.

LaLola de Javi Abascal se encuentra en el patio central del Hotel One Shot Conde de Torrejón (Marco Sancho, 1), en La Alameda de Hércules de Sevilla.