Cinco lugares en Sevilla que casi nadie conoce y que son auténticas joyas

Estos lugares pasan desapercibidos pero son tesoros ocultos.

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Cúpula móvil del Pabellón de Marruecos (hoy Hassan II) en la Fundación Tres Culturas. / Ramsés García

El Casco Antiguo de Sevilla, que comprende la Judería, la zona de San Julián, la Catedral y los Reales Alcázares, entre otras zonas, está repleto de lugares y monumentos que suelen ser parada obligatoria para las personas que visitan la ciudad. Subir a la Giralda, pasear por el mirador de las Setas de la Encarnación, perderse por el barrio de Santa Cruz o visitar la Plaza de España sin planes que aparecen en todas las guías de Sevilla. Sin embargo, mas allá de estos conocidos monumentos y espacios, existen algunas joyas escondidas en la hispalense que, o bien están retiradas del centro de la ciudad o bien están cerradas al público. Hoy te hablamos de algunos de estos tesoros ocultos:

Atarazanas

La Atarazanas se encuentran junto al antiguo Arco del Postigo del Aceite, cerca del barrio del Arenal. Este era el sitio en el que en torno a los siglos XV y XVI se construían y reparaban los barcos que tenían salida desde el puerto del río Guadalquivir. Muchos de ellos se dirigirían a las Americas. Su especialidad era la construcción de galeras. En la actualidad, de las diecisiete naves originales que había, hoy solo quedan siete. Estas llevan un tiempo habilitándose para que puedan estar abiertas al público. Existe una forma de ver algo de ellas, ya que a través de algunas de las ventanas rotas de dicha nave se puede intuir su impresionante estructura.

Los trabajos que se llevan a cabo en las Reales Atarazanas de Sevilla. / José Ángel García

Antiguas Almonas de Triana

Las Almonas de Triana era el lugar en el que se fabricaba el jabón más famoso de la zona desde el siglo XIII. Estas se ubicaban en el barrio trianero, junto a la orilla del río y aunque han quedado destruidas en gran medida, aun se pueden observar algunos resquicios de lo que un día fue esta gran industria sevillana. Curiosamente estos restos están cerrados de cara al público. Sin embargo existen algunas casas particulares con garajes subterráneos que han querido dejar a la vista lo que queda de las antiguas almonas de Sevilla.

Pabellón de Marruecos

El Pabellón de Marruecos es una auténtica joya arquitéctonica que traslada, directamente, al país vecino. Este se construyó con motivod de la Expo92, por lo que se encuentra en la Isla de la Cartuja. A día de hoy es la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. Este edificio fue cedido por el Reino de Marruecos y es todo un tesoro escondido, incluso para los lugareños.

Panteón de los sevillanos ilustres

Se encuentra en la cripta de la iglesia de la Anunciación de Sevilla. Este surgió por la iniciativa del deán López Cepero y de las autoridades de la Universidad de Sevilla, que querían contar con un lugar en el que poder acoger los restos y motivos funerarios que procedían de otros templos y que habían sido dañados por las tropas francesas.

Algunos de los que descansan aquí son la familia Ponce de León, Francisco Duarte de Mendicoa y su mujer, Catalina de Alcocer, José Gestoso y los hermanos Bécquer.

Este panteón se encuentra en la Plaza de la Encarnación, ubicada en el centro de la capital hispalense / D. S.

Fábrica de Artillería

Este enorme edificio de uso industrial se encuentra en la avenida Eduardo Dato, aunque no todo conoce su origen. Fue creado como un lugar para fabricar armamento de forma continuada en el año 1565 y está catalogado como como Bien de Interés Cultural. De él destacan especialmente las bóvedas del edificio y las casas con jardín de los ingenieros de la fábrica.

Fábrica de Artillería de Sevilla / José Angel García

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