Leyendas sevillanas que se contaban en el pasado para encontrar pareja

La hispalense cuenta con algunas leyendas sobre sitios emblemáticos que tenían mucha relación con encontrar pareja, ser más fértil o acabar condenado a la soledad

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Retablo en la Iglesia de San Pedro
Retablo en la Iglesia de San Pedro / Archivo

Las calles de Sevilla, sus iglesias y monumentos, están llenos de numerosas leyendas que, si bien no son historias que se puedan considerar veraces, forman parte de la tradición de la ciudad. La serpiente de la calle Sierpes, la historia de amor y venganza de la calle Susona o los fantamas de la facultad de Bellas Artes son solo algunas de ellas. Pero, más allá de estas, existen algunas leyendas en Sevilla vinculadas al amor y a encontrar pareja o, del modo contrario, a acabar condenado a la soledad, que tal día como hoy, 14 de febrero, con la celebración de San Valentín, tiene sentido rememorar.

El jilguero de la iglesia de San Pedro

La iglesia de San Pedro Apóstol de Sevilla se encuentra en la calle Doña María Coronel, en el Casco Antiguo de la ciudad. De estilo gótico mudéjar, se construyó en el siglo XV y se reformaría, posteriormente, en los siglos XVI y XVIII. Más allá de su valor histórico y arquitectónico, en este templo hay un retablo cerámico que tiene tras de sí una superstición. Y es que, según cuenta la leyenda, si una persona se para a observar el Ánimas benditas del purgatorio de San Pedro, creación de Oliver Míguez, y consigue encontrar el jilguero escondido que hay escondida en él, esta podrá encontrar pareja y casarse.

Retablo en la Iglesia de San Pedro
Retablo en la Iglesia de San Pedro / ARCHIVO

El arquillo del Ayuntamiento

Si la leyenda anterior aseguraba que se podía encontrar pareja si se daba con el pájaro del retablo cerámico de San Pedro, esta leyenda viene a asegurar justo lo contrario: quien pase por debajo del arquillo del Ayuntamiento de Sevilla, ubicado en uno de sus laterales, quedará condenado a no casarse jamás. Esta historia tiene su justificación en el hecho de que, antes de que este arco formara parte del Ayuntamiento, era una de las puertas de acceso al convento de San Francisco, uno de los más importantes y antiguos de Sevilla, fundado en el siglo XIII por los franciscanos. El origen de esta creencia se basa en que era por este lugar por el que los religiosos hacían votos de castidad y renunciaban al matrimonio. Por tanto, cruzar el Arquillo significaba entrar en una vida consagrada a Dios y alejada del amor terrenal.

El convento de San Francisco fue demolido en el año 1840 debido a su mal estado, pero la leyenda que se creó a partir de él ha permanecido hasta nuestros días.

Preparativos del Nacimiento del Arquillo del Ayuntamiento bajo la cerámica de Cervantes.
Preparativos del Nacimiento del Arquillo del Ayuntamiento bajo la cerámica de Cervantes. / Juan Carlos Vázquez

Las patadas a la tumba del negro

En la parroquia de Santa Ana, en el barrio de Triana, se encuentra la tumba de Íñigo López, un indígena que Cristóbal Colón enviaría desde Puerto Rico a España y que fue popularmente conocido como El Negro de Triana. La leyenda cuenta que si una mujer le da patadas a la tumba, aumentará su fertilidad. La leyenda se extendió de tal manera a lo largo de los años que el azulejo que hay alrededor de ella se acabaría degradando. Esto dio lugar a que dicha tumba se acabara protegiendo con una reja para evitar su deterioro.

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