Las cuatro joyas 'secretas' del Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla
Hacemos un repaso por los cuatro objetos que más dan que hablar de la catedral.
Cinco cosas que no sabías de la Catedral de Sevilla.
La Catedral de Sevilla está formada por cinco naves y capillas sostenidas por los baquetones, delgadas y altas columnas que se juntan en las bóvedas superiores. Algunas de las más conocidas son la Sala Capitular y la Capilla Real donde están enterrados monarcas de Castilla como Fernando III de Castilla, Alfonso X de Castilla y Pedro I de Castilla. También se encuentran salas como el Antecabildo o la Sacristía mayor, así como la torre denominada Giralda.
Pero entre todos estos espacios se encuentran, dentro del recinto, muchos pequeños patios interiores como el Patio del Mariscal o el Patio de los Oleos. Pero el patio por excelencia de la Catedral es el Patio de los Naranjos.
Este lugar está formado por una estructura compuesta por pilares que sostiene arcos de herradura. En el centro se encuentra una fuente, sustituta de la que había en la época musulmana, que además tenía partes visigodas. A lo largo del recinto se levantan una multitud de naranjos en fila, ordenados según la disposición de los canales de agua que los riegan. Además para acceder a él existen dos puertas que conectan con el exterior y otras dos al interior.
A simple vista es lo que podemos encontrar en el Patio de los Naranjos, pero hay algunas joyas ocultas que necesitan de más tiempo de observación. Son algunos objetos que no tienen un sentido de porque se encuentran ahí: un cocodrilo de madera, un colmillo de elefante, un bocado o freno y un bastón de mando.
¿Qué significado tienen estos cuatro elementos?
No existe una explicación sólida y totalmente certera acerca de su origen y su significado, pero todo se mueve en torno a leyendas. Una de ellas es la más extendida, y es la que vamos a mostrar a continuación:
El sultán de Egipto, a mediados del siglo XIII, quería la unión matrimonial de su hijo con Berenguela, la hija del rey Alfonso X el Sabio. Para lograrlo envió regalos a los reyes. Entre ellos se hallaban un colmillo de elefante, un cocodrilo y una jirafa vivos.
A pesar de estos obsequios, el rey no quiso casar a us hija con el descendiente del sultán pero se quedó con algunos de los obsequios. A la suma del colmillo, el cocodrilo quedó disecado de recuerdo, y de la jirafa se quedó su freno de montura. Todos estos obsequios se encuentran en el techo colgados. En cuanto al cuarto objeto, se corresponde con la vara de mando que viajó a Egipto para comunicarle de la negación de la oferta.
Pero hay que resaltar que el cocodrilo que hay actualmente no está disecado, sino que es una construcción de madera del siglo XVI muy similar al original, si nos creemos la leyenda.
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