José Manuel Rivero, un ejemplo de superación en la Vía de la Plata desde Sevilla a Santiago de Compostela

Sevilla/José Manuel Rivero, un canario que cumplirá 66 años en diciembre, se prepara para realizar su sueño: recorrer el emblemático Camino de la Vía de la Plata en bicicleta desde Sevilla a Santiago de Compostela. Este reto, que llevará a cabo a partir del 7 de noviembre de 2024, representa no solo un desafío físico, sino también un testimonio inspirador de sacrificio y fuerza personal.

A los 17 años, Rivero se enfrentó a una dura prueba al perder una pierna. Sin embargo, esta adversidad no hizo más que fortalecer su determinación. En 2019, fue diagnosticado con cáncer, pero logró recuperarse y ahora se lanza a este nuevo desafío. Su historia es un ejemplo de cómo la voluntad humana puede superar incluso los obstáculos más difíciles.

La Asociación de los Caminos de la Vía de la Plata ha mostrado su apoyo a esta travesía. Sus hospitaleros estarán presentes para brindarle toda la ayuda necesaria, asegurando que su camino esté lleno de apoyo y camaradería. Su viaje no solo será físico, sino también una experiencia transformadora que une a las personas a través del sacrificio común y el deseo de superación.

José Manuel Rivero no solo representa la lucha personal contra las adversidades: su viaje es una llamada a todos para que nunca pierdan la fe en sus sueños. Su camino por la Vía de la Plata, atravesando Andalucía, Extremadura, Castilla-León y Galicia, recordará que los límites son solo ilusiones y que todo el mundo tiene el poder de seguir adelante, sin importar las circunstancias.

La Asociación de los Caminos de la Vía de la Plata se dedica a cuidar, promocionar y fomentar el peregrinaje, entendiendo que esta práctica no solo es una tradición cultural rica en historia, sino también un medio para conectar a las personas con su entorno y consigo mismas. Las asociaciones juegan un papel crucial en este proceso, ya que su experiencia y compromiso son fundamentales para la conservación de la Vía de la Plata.

Gracias a la labor de estas organizaciones, se preservan los caminos, se promueve el respeto por el patrimonio natural y cultural, y se fomenta un sentido de comunidad entre los peregrinos. Esto no solo enriquece la experiencia del peregrinaje, sino que también asegura que futuras generaciones puedan disfrutar de estos caminos históricos.