¿Sabes quién inventó el bocadillo más famoso de Sevilla?

En Hermanos Morales sirven tapas tradicionales
En Hermanos Morales sirven tapas tradicionales / Alexandra Daza

Si hay un bocadillo típico de Sevilla ese es el serranito, una preparación hecha a base de filete de cerdo, pimiento frito, tortilla a la francesa, una loncha de jamón y tomate natural. Todo ello metido entre dos panes que, por norma general, suelen estar marcados en la parrilla. Los serranitos se sirven acompañados de patatas fritas a la que se les puede poner una salsa acompañándolas, como mayonesa o, más usualmente, alioli.

Existen multitud de bares en Sevilla, algunos de ellos de mucha fama, en los que preparan unos deliciosos serranitos pero, ¿de dónde salió esta receta? ¿Quiénes fueron las personas que inventaron el bocadillo más famoso de la hispalense?

Los orígenes del serranito

No queda del todo claro quién inventó el serranito ya que hay un establecimiento en Ronda (Málaga) que reclama su autoría. Sin embargo hay otra teoría que sostiene que este bocadillo nacería en la década de los 70, en un bar del Cerro del Aguila y de Juan XXIII, en Sevilla capital, que se llamaba Échate pa ya.

Sin embargo no hay ningún documento que así lo acredite. Lo que sí hay es una patente de esta elaboración que pertenece al novillero Luis Cabeza Hernández, más conocido como Luis Chávez en el mundo taurino. Este era además el propietario de Mesones el Serranito, por lo que hay quien asegura que sería él quien le daría nombre.

Hermanos Morales, un bar emblemático de Sevilla que se encuentra en Puerta Carmona también defiende su autoría ya que hace más de 50 años hacían un bocadillo al que llamaron "caballito de jamón" que contaba con unos ingredientes parecidos a los del serranito en la actualidad. Más tarde dos de los hermanos Morales le añadirían el pimiento verde frito.

Empleado normalmente como plato único, el serranito goza de una especial aceptación entre el sector joven de la población debido a su bajo coste: su precio oscila entre los tres y los cinco euros. En un principio era una opción fija en los bares de tapas de Sevilla, pero con el tiempo se ha extendido por las demás provincias andaluzas.

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