La importancia de saber cómo llegar al acuerdo

La experiencia como jurista de María del Castillo Falcón Caro le ha hecho estar presente en muchas situaciones en las que el arreglo en el tribunal no ha servido para finalizar con el problema. Tanto su conocimiento de la Mediación como su formación jurídica le han llevado a diagnosticar claramente los conflictos que se pueden resolver a través de este sistema.

Tiene dos licenciaturas -una en Derecho, por la Universidad de Sevilla y otra en Criminología por la Universidad Europea de Madrid-y varios Títulos de Experto. Desempeñó el cargo de juez sustituta desde 1998 hasta 2004, año en el que fue nombrada por concurso de méritos fiscal sustituta, ejerciendo como tal desde ese año en la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla.

"Algunas veces ejerzo informalmente la mediación en los juzgados", afirma. María del Castillo Falcón ha reunido las investigaciones en mediación que ha realizado en los últimos siete años en un libro, La escuela integradaora para el ejercicio personal y profesional de la Mediación que se presentará el miércoles 25 en el Colegio de Abogados.

Se trata de una visión práctica y teórica de la mediación con el panorama legislativo actual. "Dicen que el sistema judicial no es eficaz, pero yo digo que sí porque hay causas que se pueden solucionar a través de la mediación. Esto descongestionaría en gran medida los juzgados".

La Escula Integradora de Mediación, que es la que ella ha creado, recoge recursos actuales como la neurolingüística o el coaching, "todo pasado por el filtro de la filosofía integradora. Bebe de la filosofía, la psicología y el derecho", añade.

Actualemente es responsable del Centro de Mediación Integradora, avalado por el Instituto de Mediación Integradora, creado por la Confederación Empresarial Sevillana. "Gestionamos conflictos para que sean las partes quienes lo solucionen. El libro está redactado con esta intención", afirma la autora.

De hecho, la ley 5/2012 de 6 de julio de Mediación en asuntos civiles y mercantiles, pone las bases para crear sistemas institucionales de mediación, fijando parámetros de organización y procedimiento que genere un sistema sólido de gestión y/o resolución de conflictos en el ámbito civil y mercantil. Ahora bien, son las instituciones, los sectores empresariales y profesionales los que tienen la tarea de hacerlo efectivo, lo que se está convirtiendo en una necesidad inminente de adaptación a las nuevas directrices.

Los empresarios tienen a su disposición el CMI a fin de dar respuesta a cualquier tipo de controversia ya sea en el seno de la organización empresarial, ya sea entre las empresas, principalmente sobre conflictos mercantiles y civiles relacionados con los mismos.