Seis horas de indecisión
La Noche en Blanco se salda con éxito de público, auspiciado por el aumento del número de actividades.
Según el Ministerio de Fomento, el sol se puso ayer en Sevilla a las 20:04. Los días se van haciendo más cortos y antes de fin de mes habrá que retrasar los relojes para adaptarse al nuevo horario. Ayer, los sevillanos parecían no estar por la labor de apresurarse en hacer ese cambio y, a partir del ocaso, tuvieron una buena excusa para echarse a las calles. La Noche en Blanco celebró su tercera edición marcada por un aumento en la cantidad de eventos programados por la asociación Sevillasemueve. Un cambio que se vio respaldado con una gran afluencia de público.
Antes del comienzo oficial de las actividades, las ocho de la tarde, muchos paseantes consultaban los folletos editados por la entidad organizadora para decidir a qué eventos acudirían. Sin embargo, aunque casi todos los espacios estuvieron abiertos durante las seis horas que se prolongó la noche, la mayoría de funciones empezaron a partir de las nueve. No fue así en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus), que, además de albergar una exposición fotográfica sobre Enrique Morente, fue la sede de la propuesta de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA). Bajo el título 15 ejemplos de la actividad cultural en Sevilla, la entidad presidida por Eliseo Monsalvete llevó ayer al auditorio de la calle Madre de Dios 15 propuestas innovadoras, como Ciclogreen, una idea del biólogo Gregorio Magno, que pretende bonificar a los usuarios de bicicletas mediante regalos acordados con diferentes empresas. "Para ello, hay que descargar dos aplicaciones gratuitas en el móvil que contabilizan las distancias recorridas", explicó el impulsor del proyecto, que hizo referencia a una experiencia similar realizada en Estados Unidos, que propició un aumento exponencial de los niveles de reciclaje en una zona del estado de Filadelfia. "El objetivo es crear redes entre las personas innovadoras y dar a conocer proyectos locales con futuro", afirmó Monsalvete entre una charla y otra.
Pero hay muchas formas de difundir el conocimiento y para los integrantes de la asociación Legio XXX y el grupo de reconstrucción Ego Fémina la mejor manera es la demostración. Entre las ruinas del Antiquarium, los asistentes pudieron conocer cómo las sacerdotisas de la diosa Vesta le rendían honores a su patrona y cuál era el equipamiento de los legionarios romanos del siglo II. Allí estuvo Ana Morillo con su marido y sus dos hijas, que acudieron buscando un cuentacuentos para la pequeña Carmen y se pusieron en la cola bajo la Plaza de la Encarnación: "En clase tienen un proyecto sobre la Sevilla romana y así puede aprender cómo era en realidad", declaró.
El versátil espacio, situado bajo el Metropol Parasol, también albergó un concierto de Francisco Bernier incluido en el Festival de Guitarra de Sevilla, donde el músico interpretó el programa Soñando El Greco, en honor del pintor de cuya muerte se cumplen cuatro siglos este año. Con el mismo objetivo, a pocos metros de allí, el Coro de la Universidad Pablo de Olavide comenzó, a las diez de la noche, un homenaje al genio cretense con un canto bizantino. El escenario, en esta ocasión, fue la iglesia de San Pedro de Alcántara, una joya barroca camuflada entre el caserío de la calle Cervantes. Y es que la Noche en Blanco también sirvió para que los sevillanos descubriesen este templo, que tiene un horario muy restringido. Fue el caso de Mabel Viñuales, que no había visto nunca los frescos de este edificio: "He venido por recomendación de una amiga y, aunque he buscado fotos en internet, no me lo esperaba tan bonito".
Más conocido es el renovado Teatro Quintero, que ayer programó sesiones de microteatro cada media hora con la obra Stairway to paradise. En la puerta, después de la tercera función de la noche, un grupo de jóvenes debatía sobre cuál sería su siguiente parada de entre los 104 espacios incluidos en la iniciativa, que ayer ofrecían espectáculos de lo más variado. Pilar de Aragón y Soledad Guerrero, lideraban al resto de sus amigos con la programación en sus teléfonos móviles. "Nos gustaría ir al Castillo de San Jorge, pero está lejos del centro. Al final iremos a Red House Art & Food y cenaremos por la zona de la Gavidia". Tardaron unos minutos en decidir, pero ésa era la escena normal ayer en las calles de Sevilla. No hubiera sido extraño que hubieran optado por las catas de cerveza de Lupulópolis, en José Gestoso; o que se hubieran acercado al Muelle de Nueva York, a la milonga de tango organizada por Guadaltango a la altura del puente de Los Remedios. Lo raro ayer fue poder decidirse.
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