Historia de la Hermandad de Villamanrique de la Condesa, la filial más antigua del Rocío

Villamanrique recibe a las hermandades que pasan por su pueblo antes de entrar en la Raya Real. / Antonio Pizarro

Son muchos los documentos en los que aparece recogido que la hermandad más antigua del Rocío sería la sevillana de Villamanrique de la Condesa.

Si bien es cierto que ha quedado registrado de esta manera, la más veterana es, en realidad, la de Sanlúcar de Barrameda. Sin embargo una penalización por haberse ausentado algunos años a la aldea haría que quedara destronara como la más longeva de esta festividad, cediéndole el primer puesto a este municipio del Aljarafe sevillano.

El origen del Rocío y de la Hermandad

Cuenta la sabiduría popular que fue un manriqueño, Gregorio Medina, quien descubrió una imagen de unos 85 centímetros de una virgen (primitiva Virgen del Rocío) escondida en el tronco de un árbol en torno al siglo XV. Muy posiblemente alguien la había escondido ahí durante la Reconquista para evitar que se la llevaran los ejércitos nazaríes. En el lugar donde se encontraba ese árbol, la zona conocida como Las Rocinas, fue donde posteriormente se edificaron la ermita y la aldea del Rocío que conocemos en la actualidad. Desde entonces la tradición de esta romería estaría fuertemente vinculada al municipio sevillano.

El orden de las más antiguas

Unos años después apareció un documento cuyo contenido cambiaba la historia de esta romería. El 4 de junio de 1724, la de Almonte reunió en la ermita marismeña, en plenas vísperas de la romería, a las hermandades de otros pueblos que acudían al Rocío.

A la sesión asistieron representantes del ayuntamiento almonteño, como patrono de la ermita, más los hermanos mayores de cada hermandad. Por aquel entonces venían sucediéndose continuadas ausencias de hermandades a la romería, razón por la que, año tras año, estaba modificándose el orden del evento. Es por este motivo por lo que en algunos escritos siga quedando recogido que Sanlúcar de Barrameda es la más longeva.

En aquel periodo concreto del siglo XVIII, eran cinco las filiales que acudían. Constaba asentado así en un libro de actas de la hermandad de Almonte, con más de 286 hojas. De este modo las cinco aventajas serían Villamanrique, Pilas, La Palma del Condado y Moguer.

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