Tres fábricas de Sevilla reconvertidas en espacios culturales al más puro estilo berlinés
Estos edificios se han reconvertido en centros culturales y gastronómicos.
El nuevo bar de la calle Feria con tostadas de gran tamaño y productos 100% sevillanos
Tal y como sucede en la ciudad alemana de Berlín, en España existen numerosas fábricas que han logrado sobrevivir al paso de los años y que, a pesar de que en la actualidad no se usen como factoría, se hayan acabado reconvirtiendo en imponentes centros culturales. Un buen ejemplo de ello es lo que ha sucedido con las azucareras de Granada o con el antiguo Matadero, de Madrid.
En Sevilla, aunque puedan pasar desapercibidas, también tenemos importantes ejemplos de antiguas fábricas que tras un proceso de restauración se han acabado convirtiendo en lugares nuevos que alojan espacios gastronómicos o de exposiciones. Aquí te hablamos de tres de ellos:
La Cartuja de Sevilla
Si hay un ejemplo de la Revolución Industrial en Sevilla capital ese es el de la fábrica del monasterio de La Cartuja. Se trataba de una factoría de loza fina y de calidad construida en 1841 que tras muchos años en desuso se acabó convirtiendo, en el año 1997, en la sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. En él no solo se exponen las colecciones que han sobrevivido del conjunto monumental original sino que aloja exposiciones de diferentes artistas así como multitud de festivales y conciertos a lo largo de la primavera y el verano en sus jardines exteriores.
Lonja del Barranco
El mercado del Barranco, ubicado junto al puente de Triana por la orilla de Sevilla, era una antigua lonja para la venta de pescado. Fue construida en 1883 y es uno de los pocos ejemplos de la arquitectura de hierro de la ciudad de Sevilla. Tras años en desuso, desde 2014, el edificio se ha convertido en un mercado gastronómico en el que hay diferentes puestos con comidas de todo tipo. También tiene una terraza con vistas al río Guadalquivir.
Fábrica de Cruzcampo
Aunque no se conozca de la misma forma que los edificios anteriores, el lugar en el que se ubica la actual Fundación Cruzcampo, en el que se hacen diferentes actividades relacionadas con la cerveza sevillana, fue antaño la Fábrica de Cruzcampo. Se trata de un edificio donde se elaboró la primera cerveza en 1904 y que en 1936 albergó una gran sala de cocimiento, vigente hasta 1991. Se trata de un espacio histórico y clave en el desarrollo industrial de la provincia, ahora dedicado a los fines sociales de la Fundación Cruzcampo.
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