Cosas de Sevilla que han desaparecido: la historia de la emblemática confitería Filella
La Confitería abrió su primer local en la calle San Jacinto en los años 30 y cerró todos sus negocios en el año 2014.
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Sevilla ha experimentando importantes cambios en los últimos años, especialmente desde que se celebrara en la ciudad la Exposición Universal de 1992.
A partir de ese momento Sevilla se transformó urbanísticamente, se construyó una nueva red viaria, nuevas autovías y rondas de circunvalación, se levantó una nueva estación central de ferrocarril, llegó a Sevilla el AVE y se amplió el aeropuerto, lo que supuse un impulso económico en el contexto del mundo globalizado para la capital y su provincia.
Durante este periodo de cambio, en Sevilla han aparecido nuevos negocios y empresas y han desaparecido otros, dejando tras de sí una huella en la ciudad que muchas personas recuerdan con nostalgia. Uno de los comercios que ocupan este lugar es la antigua confitería Filella, ubicada en un imponente edificio de la Avenida de la Constitución que acabó cerrando en el año 2014. Hoy recordamos su historia.
Origen de la pastelería
El torno al año 1935 abría en Sevilla, concretamente en la calle San Jacinto, la Confitería Filella, un negocio que tomaría el apellido de la familia que lo regentó y que acabó cerrando en el año 2014 tras la muerte de su titular, Isabel Filella Gómez, a los 74 años de edad.
Tras la apertura de su primer local en Triana, Filella abrió una segunda confitería en el emblemático edificio de La Adriática, en la Avenida de la Constitución. Su negocio fue tan famoso que acabó dándole nombre al bloque en el que estaba, al que muchos siguen llamando el edificio Filella.
Esta pastelería era especialmente famosa por abarrotar de dulces sus escaparates, que se llenaban de compradores y también de curiosos especialmente durante la época de Cuaresma.
Entre la gran variedad de pasteles que elaboraban en su obrador (también ubicado en Triana) destacaban las torrijas, los pestiños, sus nazarenos de caramelos y los roscones de Reyes.
Además Filella también funcionaba como cafetería ya que disponía de una barra en la que se podía tomar una bebida mientras se degustaban sus famosos dulces.
El 5 de abril de 2014 y después de decenas de años sirviendo pasteles a los sevillanos, la confitería Filella cerraba sus dos locales en la ciudad tras la muerte de su última titular sin que su familia se pronunciara mucho al respecto.
Ese mismo año el local que había ubicado en La Adriática era adquirido por un empresario de Huelva. La renta mensual que se pagaba por aquel entonces oscilaba entre los 9.000 y los 11.000 euros. Atrás quedaban, para siempre, esas vitrinas repletas de pasteles que marcaban el comienzo de una de las calles más históricas de la capital.
Edificio La Adriática
El edificio en el que se alojó el segundo local abierto por la familia Filella se construyó entre los años 1914 y 1922 en la calle Cánovas del Castillo, actual Avenida de la Constitución.
Su arquitecto fue José Espiau y Muñoz, quien recibió el encargo con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y el ensanche de dicha avenida. En este edificio se instauró la entonces conocida compañía de seguros La Adriática, que le daría nombre al edificio aunque en la actualidad muchos lo conocen por el nombre de la pastelería.
La construcción combina elementos de ascendencia islámica con otros de estilo plateresco y regionalistas. Una de las partes que más llama la atención de su fachada es su cúpula, que fue derribada a finales de los años 70, pero que se recuperó fielmente en 2003 a iniciativa de la empresa Renta Antigua López-Brea, dueña actual del edificio. De carácter similar se encuentra en la calle Cuna el edificio de Ciudad de Londres, diseñado por el mismo arquitecto.
En la actualidad este edifico conforma una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad y, a pesar de que la confitería ya no forme parte de su planta inferior, esta quedará en el recuerdo de todas las personas que pudieron conocerla antes de desaparecer.
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