La historia del balcón de Rosina, el lugar que inspiró la ópera del Barbero de Sevilla

Este balcón se encuentra en el Casco Antiguo de Sevilla.

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Balcón de Rosina / Google Street View

En pleno barrio de Santa Cruz, concretamente en la plaza de Alfaro, ubicada al final de la calle Agua, se encuentra un edificio de gran belleza cuya fachada, y más concretamente su balcón, pudo haber inspirado a la ópera El Barbero de Sevilla. Tal ha sido la fama que ha adquirido que en la hispalense es conocido, de hecho, como "El balcón de Rosina".

Quién era Rosina

Cuenta la leyenda que Rosina, protagonista de la ópera, era una joven huérfana que vivía en dicho edificio y que estaba a cargo de un tutor legal llamado Bartolo, un hombre de avanzada edad que quería casarse con ella. De la chica también estaría enamorado el conde de Almaviva, un joven que le pide consejos a su barbero Fígaro para enamorar a Rosina.

Fue durante uno de los episodios de su cortejo hacia la chica cuando el joven conde organiza una serenata a los pies de su balcón para después tratar de escalar por él para llegar hasta su enamorada.

La historia real del balcón

Según parece, esta leyenda sobre Rosina y el conde de Almaviva sería la que inspiraría la obra compuesta por el compositor italiano Rossini y que se estrenó en el año 1816. Tal fue la fama que adquirió la obra que aun a día de hoy es una de las más representadas en todo el mundo. La obra de Rossini estaría inspirada, a su vez, en una obra de teatro de Pierre-Agustin de Beaumarchais que data de 1775.

Sin embargo, tras algunas constataciones se pudo comprobar que este balcón de la plaza de Alfaro no sería ese al que Rosina se asomó para que su amado lo trepara, ya que el edificio en el que está se construyó a finales del siglo XIX, varios años después de que se estrenara la ópera. De hecho el balcón sería aun posterior, de comienzos del siglo XX, siguiendo el estilo regionalista propio de esta fecha en la ciudad. Además, por la misma época se añadió la portada principal del edificio, que es un ejemplo de portada barroca del siglo XVII o XVIII.

A pesar de que se sepa que este no fue el balcón real de la joven huérfana, la belleza del edificio ha hecho que perdure la leyenda y que el lugar fuera apodado, sin discusión, como "El balcón de Rosina".

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