Girasoles
Girasoles / Turismo de floración

Hace ya unos años cuando la revista National Geographic remarcó los campos de Carmona como uno de los mejores destinos en Europa para ver florecer. De hecho llegó a ocupar la segunda posición en su ranking, solo por detrás del florecimiento de tulipanes en Países Bajos.

Con estas palabras describía National Geographic el paraje del municipio sevillano: «Carmona es uno de los muchos pueblos blancos, pintados con cal apagada, que coronan las colinas de Andalucía. Durante la primavera, los girasoles florecen en más de 74.000 hectáreas alrededor de la localidad. La mejor época para verlos es de mayo a junio, y no se necesita coche para llegar».

Floración de girasoles

La floración de los girasoles en Carmona es un evento de gran reclamo turístico que se da en torno al mes de junio. Tal y como señala el portal Turismo de Floración, se estima que cada año estos campos reciben la visita de más de 3.000 turistas japoneses atraídos por este espectáculo de colores. Durante la primavera las tierras que rodean al cerro sobre el que está asentada Carmona se llenan de infinitos girasoles cuyos tallos se van moviendo con el trancurrir del día y el movimiento del Sol.

La floración de los girasoles no solo es un deleite visual, sino también una experiencia sensorial ya que, a diferencia de lo que se piensa, sus flores desprenden un peculiar aroma. Los campos de girasoles son un lugar perfecto para un paseo tranquilo o una sesión de fotografía, capturando la belleza de estas flores gigantes.

Además de su belleza, los girasoles desempeñan un papel importante en la agricultura de Carmona y la región circundante, ya que sus semillas son una fuente valiosa de aceite y alimento para la fauna local. También se cree que podrían ser una fuente natural de limpieza de posibles radiaciones nucleares. La vida que gira en torno a estos campos florecientes es un testimonio de la riqueza natural de la zona.

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