¿Sabes cuál era la función real del plato que se sirve con la taza de café?
La función de este plato tiene su origen en el siglo XVIII.
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Sevilla cuenta, solo en su capital, con miles de bares. Muchos de ellos son establecimientos con solera, de esos que llevan decenas de años sirviendo sus tapas más tradicionales a quienes pasan por sus locales y otros acaban de establecerse en la ciudad con una oferta que va desde la comida andaluza hasta la más internacional.
Al igual que el número de bares crece en la hispalense también lo hace el de cafeterías que brindan a sus clientes y clientas una amplia oferta de cafés de especialidad frente a cafés de los de toda la vida, dulces veganos, bizcochos de multitud de sabores o torrijas y tocinos de cielo como las que se hacen en las casas andaluzas. Aunque estos establecimientos sean muy diversos y su oferta repostera sea variada, todos ellos tienen algo en común: el café que va en taza siempre está acompañado de un plato. Y a pesar de que en este plato de pequeñas dimensiones se suela depositar la cucharilla, a veces el azucarillo e incluso una galleta, lo cierto es que su función originalmente era muy diferente a la que tiene hoy en día.
El origen del plato del café
Se cree que la tradición de servir el café en taza junto a un pequeño plato se remonta a la Inglaterra del siglo XVIII. Por aquel entonces estos platos no tenían la forma que vemos en la actualidad sino que eran hondos y su función nada tenía que ver con la de dejar la cucharilla o evitar manchar la mesa con la taza.
Estos platos se utilizaban, en realidad, para verter en ellos el café que venía muy caliente en la taza y beberlo directamente desde el plato, a modo de cuenco. Al quedar una mayor superficie de café en contacto con el recipiente y con el ai, éste se enfriaba mucho antes y ya desde el plato era más fácil tomarlo.
Pronto la taza de café se diseñaría con un asa que permitiría tomarlo directamente desde este recipiente. Esta curiosa costumbre fue desapareciendo paulatinamente y, con ello, el diseño del plato evolucionó hacia uno menos hondo y empezó a funcionar como soporte de la cucharilla.
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