Toda la naturaleza en exposición
Muestra
Una muestra en la librería Verbo reune 35 fotografías de naturaleza realizadas por Carlos Romero
Hay matices, colores y paisajes que inspiran calma y que , una vez vividos, permanecen siempre en la memoria. Tienen tanta vida que hasta parecen respirar. Un amanecer. el vuelo de un ave, la mirada curiosa de un zorro, toda la naturaleza, no de África ni del manglar, sino de Sevilla y la comarca de Doñana se asoma a la librería Verbo en la calle Sierpes, 25.
En el mismo lugar donde estaba el desaparecido teatro Imperial se pondrá en escena, a través de 35 imágenes el trabajo del fotógrafo Carlos Romero, empeñado desde hace años en compartir con todo aquel que se le acerque su pasión por la fotografía de naturaleza. Todo un año de trabajo en la finca privada Veta la Palma, en la comarca de Doñana, donde las especies están muy protegidas a pesar de tener explotación agrícola y de piscifactoría. “Esta comarca es un tesoro. Hay mucha vida allí”, afirma sin dudar.
Este ecologista del tele y las lentes es la muestra de que el mejo modo de amar la naturaleza es conocerla bien, su perfiles, sus lados buenos y malos y la luz que le hace ser más fotogénica. Y es que, le viene desde pequeño. “Mi padre era militar y, primero viví en un pueblo de Gerona rodeado por la montaña y la costa, después lo trasladaron a La Campana, un pueblo de Sevilla, y de allí pasamos a la ciudad”, recuerda.
Aunque la semilla del medio ambiente estaba ya sembrada, no fue hasta que comenzó a trabajar en Martín Iglesias y conoció a varios fotógrafos de naturaleza cuando empezó a aficionarse a este terreno de la fotografía. De hecho, Martín Iglesias ha sido pionera en talleres y enseñanza de fotografía de naturaleza y mucho tiene que ver en ello Carlos Romero, actual director comercial de la tienda.
Porque no es un terreno fácil. “Si quiero fotografiar un amanecer, por ejemplo, me levanto a las 4:00 y puede ser que, cuando llego a la laguna que tengo localizada, si hace viento, o se levanta con niebla, no sirve de nada el esfuerzo. Eso sí, cuando todo sale bien se hacen unas grandes fotos de amaneceres. Parece que estás en África y, en realidad a apenas 80 kilómetros hay una ciudad como Sevilla”.
Sobre la época del año en la que mejor se trabaja la fotografía de naturaleza, Romero , como un padrecuando habla de sus hijos, dice que no puede elegir una época determinada. “La invernada con la gran concentración de aves que supone, la primavera, con la mayor variedad aunque menor número, el verano...todas tienen su encanto”.
Entre todos los animales para fotografiar, un reto: las nutrias. “Se me resisten, las veo cruzar pero son muy rápidas”. Y entre foto y foto, incluso le da tiempo de hacer amigos peculiares comoRoco, una cría de zorro que durante tres semanas se le acercaba cada vez que estaba trabajando con su cámara.
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