De cómo una esclava trianera se convirtió en reina de Sevilla
Esta leyenda data del reinado de Almutamid de la antigua taifa de Sevilla en el siglo XI
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La ciudad de Sevilla está rodeada de todo tipo de mitos, leyendas e increíbles relatos que se remontan a hacer ya varios siglos, puesto que, además de ser una ciudad abierta y diversa en la actualidad, ha sido hogar de infinitas culturas a lo largo de la historia. En este caso, nos remontaremos a la época de dominio árabe de la ciudad y la península ibérica al completo, allá por el siglo XI d.C..
Por aquel entonces, gran parte del territorio se dividía en varias taifas o reinos independientes, cada uno de ellos perteneciente a una familia árabe. En el caso de Sevilla, gobernaban los abadíes, mientras que en otras partes de la península, como Granada, Algeciras o Málaga, el poder estaba en manos de familias ziríes y hamudíes.
Entre los diferentes gobernantes de la taifa sevillana, siempre se ha destacado el nombre de Almutamid. Este rey y poeta, sucesor de su hermano mayor Almutadid, a quien su padre mandó ejecutar por supuesta traición, compartió una historia de amor que rozaba el idilio con una esclava de Triana a quien posteriormente se nombró reina de la ciudad: Itimad.
Cuenta la leyenda que en uno de los infinitos paseos que este monarca disfrutaba en las orillas del Guadalquivir en compañía de su amigo, también poeta, Aben Amar, estos se pararon junto al puente que unía la ciudad con Triana. El reflejo de la luz sobre las aguas del río y la brisa que las acariciaba dejó fascinados al rey y su compañero, por lo que ambos comenzaron a escribir unos versos que comparaban tan preciado paisaje con una "cota de oro digna de un rey".
En medio de esta combinación de inmensos talentos líricos, una joven pasó por al lado de ambos en una borriquilla con dirección a Triana. Cuando Almutamid se percató de su presencia, quedó tan fascinado que encargó en el acto a Aben Amar que descubriera la identidad de la bella muchacha, quien resultó ser Itimad, esclava de Romaicq, un alfarero de la zona. Romaicq finalmente decidió regalarle su esclava al rey Almutamid, quien la llevó a su palacio para finalmente hacerla su esposa y tener 3 hijos con ella.
El impacto de esta unión sobre la historia de nuestra ciudad quedó para la posteridad. Itimad no solo consiguió que las mujeres sevillanas no estuvieran obligadas a llevar velo, sino que una de sus hijas estuvo cerca de contraer matrimonio con Alfonso VI.
Sin duda, una historia fascinante que ha sido narrada a las mil maravillas por el usuario de Twitter @ElCicerone1, quien ha compartido incontables informaciones relacionadas con la historia de la capital hispalense:
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