Por qué Curro fue la mascota de la Expo92 y quién fue su creador

En el año 1992 en Sevilla y con motivo de la Exposición Universal que tuvo lugar en la ciudad durante seis meses, la hispalense contó con una mascota para la muestra que aun a día de hoy sigue representando la identidad de la ciudad. Su nombre es Curro y era, nada más y nada menos, que un pájaro muy sonriente con patas de elegante, una cresta de grandes dimensiones y de los colores del arcoiris y un pico con las mismas tonalidades. Cada uno de estos colores representaba, en realidad, a los continentes cuyos países tendrían cabida en la muestra.

Su diseñador fue Heinz Edelman, un ilustrador alemán que también creó el film El submarino amarillo, una película de animación estrenada en 1968 donde aparecía una versión psicodélica de The Beatles. A pesar de que muchos consideraron que su su nombre le vino dado por el torero Curro Romero, lo cierto el que Edelman tenía un perro chihuahua que se llamaba Francis. Con la idea de hacer un guiño a cómo los Francisco son conocidos en Andalucía, decidió apodarlo como "Curro". Su diseño salió elegido entre otras 23 propuestas entre las que se encontraban las de los españoles  Miguel Calatayud y Antonio Mingote.

Debido a la sonrisa que presentaba la mascota, su diseñador tuvo que aclarar que había querido crear a un pájaro orgullo y que transmitiera seguridad.

Los balancines de la Expo92

Una de las figuras más emblemáticas de Curro durante la Exposición Universal fue la de los balancines con su forma. En la actualidad hay cien unidades de estas atracciones almacenadas en un recinto de Alcalá de Guadaira conocido como el cementerio de los Curros, donde pueden ser adquiridas por quien lo desee. La figura de Currro fue rápidamente convertida en icono de la Exposición y de Sevilla, algo que parece haberse mantenido en la actualidad. La Expo de Sevilla terminó el 12 de octubre de 1992, coincidiendo con el quinto centenario del descubrimiento de América.