Cómo cuidar el pelo en verano
Consejos
Secar el pelo de forma natural, evitar una exposición al sol excesiva y retirar el cloro y el salitre son algunos consejos para su cuidado
El cabello, al igual que cualquier parte del cuerpo, también envejece, volviéndose más fino, quebradizo, deslustrado, disminuyendo en cantidad y creciendo más lentamente. Este envejecimiento está determinado por la edad cronológica, los factores genéticos y los ambientales. Sobre estos últimos podemos influir positivamente evitando las agresiones externas, como el sol, sustancias químicas agresivas, fuentes de calor extremo y usando productos de higiene e hidratación adecuados. “Aunque es en el otoño cuando suele ocurrir el temible recambio capilar, las estaciones con temperaturas extremas hacen que el aspecto de nuestro cabello sufra más”, explica la doctora Mercedes Morillo, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón.
El tallo de los cabellos contiene fibras de queratina que son muy sensibles al sol y al calor. La radiación ultravioleta daña la cutícula, que es la capa más externa que reviste y protege el cabello y la desgasta, haciéndolo quebradizo y con menos brillo. Como apunta la especialista, “es importante, por tanto, llevar sombreros o pañuelos para protegernos el cabello del sol; y, como nos solemos mojar con frecuencia el cuero cabelludo, secar el cabello de forma natural o con secador, pero a baja temperatura y difuminando el calor, ya que, si empleamos temperatura elevada y en una misma zona se formará el llamado pelo burbuja, por la entrada de espacios de aire en el tallo piloso, y será muy fácil que se fracture”.
Al mismo tiempo el cloro y sulfato de cobre en piscinas puede dañar las fibras capilares, modificando su color y haciendo que los cabellos rubios y blancos se vuelvan verdes y el resto, con reflejos verdosos. También la sal del agua del mar reseca y modifica de forma más leve los colores del cabello. Por este motivo es importante, tras un baño en agua clorada o salada, enjuagar bien el cabello con agua sin agentes dañinos.
La doctora Amalia Pérez Gil, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, por su parte, añade que “existen productos específicos para proteger nuestro cabello del sol y del resto de factores adversos, como el cloro, el salitre y el viento en la época estival. La composición de los mismos está basada fundamentalmente en aceites naturales hidratantes y reparadores como el aceite de argán, de mango, sésamo, entre otros, proteínas, vitaminas y filtros solares. Estos productos evitan la deshidratación del cabello y aseguran una hidratación y reparación de la fibra capilar en profundidad. También ayudan a conservar el color de cabellos tintados y cuidan el que está decolorado con mechas, tan sensible a estas condiciones ambientales”.
Del mismo modo, es aconsejable el uso de champús y tratamientos hidratantes para después del sol que ayuden a reparar la fibra capilar y no sumen daño a la misma. Para ello las diferentes marcas comerciales suelen completar sus gamas solares con champús, cremas acondicionadoras, mascarillas y sérum o fluidos post-solares cuya composición suele estar basada también en sustancias naturales. Por último, también hay que tener en cuenta que en esta época del año debemos exponer lo menos posible nuestro cabello a fuentes de calor extremo, como secadores y planchas, que, como ya sabemos, también dañan la estructura pilosa.
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