Seis cuadros famosos del Museo de Bellas Artes de Sevilla
No todo el mundo sabe que estas obras se encuentran en la capital hispalense.
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El Museo de Bellas Artes de Sevilla se crea en el año 1835 como "Museo de Pinturas". En 1839 se escoge, de entre varios edificios conventuales desamortizados, el de la Merced, la actual sede, para que en él se albergara el museo de obras pictóricas, que se inauguraría en 1841.
A pesar de que en Sevilla pase algo desapercibido entre los lugares que ver cuando se visita la ciudad, es una de las pinacotecas más importantes de España. Se ubica en la Plaza del Museo y en él hay obras de artistas de renombre como Murillo, Zurbarán o Zuloaga. Hoy hacemos un repaso por algunos de los cuadros más populares del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer, de Domínguez Bécquer
Esta obra data de 1862 y habla por sí sola ya que es una de las más conocidas de las que hay en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Si existe un cuadro del Museo de Bellas Artes de Sevilla. El Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer está considerada como una de las obras más destacables del pintor romántico español Valeriano Domínguez Bécquer. La realización del retrato coincide con el traslado del pintor sevillano a Madrid en el año 1862.
Las Cigarreras, de Bilbao Martínez
En esta obra de 1915 el pintor Bilbao Martínez quiso reflejar cómo era la vida de las mujeres cigarreras de Sevilla, las cuales maternaban y trabajaban en la antigua Fábrica de Tabacos de la capital, actualmente perteneciente al Rectorado de la universidad. De esta imagen destacan las miradas cómplices entre ellas y el compañerismo propio de un espacio ocupado por mujeres que trabajaban con el tabaco.
Santa Justa y Rufina, de Murillo
La obra de Murillo de las dos patronas de Sevilla data del año 1666 y en ella aparecen las dos hermanas alfareras sosteniendo la Giralda, ya que se creía que en el terremoto de 1504 la Catedral y la Giralda no se derrumbaron gracias a su intervención divina.
Retrato de Jorge Manuel, de El Greco
Se trata de una obra pintada en el año 1603 por el Greco y que, en la actualidad, es la única pintura de él que hay en el museo sevillano. En el siglo XIX se llegó a pensar que se trataba de un autorretrato del pintor pero después se empezó a considerar que podía tratarse de su hijo, Jorge Manuel, que también se dedicaba a la pintura, además de a la escultura y la arquitectura.
San Hugo en el refectorio, de Zurbarán
En esta obra, realizada para la sacristía de la Cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla entre los siglos XVI y XVII se narra el milagro que tuvo lugar en 1084 en la Cartuja de Grenoble. En él aparece San Hugo junto a los frailes después de que hubieran estado 45 días dormidos en un profundo sueño después de asegurar que no comerían carne. Al despertar comprobarían que la carne se había transformado en ceniza, un milagro que les confirmó que debían seguir aún más una vida dedicada a la austeridad.
Bailaora Antonia la Gallega, de Zuloaga
Zuloaga pintó este cuadro en 1912 después de haber estado muy vinculado a Andalucía. De hecho la obra es un homenaje a la mujer de esta región, representando a la bailaora como alguien con carácter y autoridad.
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