Colores y sensaciones en el restaurante El Limón de Sevilla
La apuesta gastronómica del hotel Don Ramón ofrece un menú degustación en el que disfrutan todos los sentidos
Casa Palacio Don Ramón de Sevilla galardonado como mejor hotel boutique de Europa
Cuando la comida permite evocar países, lugares y juega con los colores y sabores se convierte en un regalo. La nueva carta de El Limón, en el hotel cinco estrellas gran lujo Don Ramón de Sevilla es una apuesta por la sorpresa desde los sabores. El menú degustación, diseñado por su cocinero, Ali Elkardoudi Farhi, es un viaje a los sabores de Marruecos sin estridencias, sincero y perfectamente equilibrado. El juego de olores, sabores y colores inunda a los comensales de este menú que por 65 euros por persona (bebida aparte) se puede degustar en este palacio del siglo XV.
Una de las cosas que más llaman la atención es la tranquilidad. Si se elige por probar el menú en el patio solo se escucha el sonido de la fuente. Parece mentira que al otro lado de los muros esté la plaza del Duque con todo el movimiento de personas y vehículos que tiene cada día. Para empezar, un carpaccio de ternera ibérica curada en casa, brotes y queso semicurado que da paso a la ensalada marroquí con lubina semicurada sobre regañá y salsa de lombarda. Aquí viene la primera sorpresa. La lima que va al lado es para que el plato cambie de color. Del morado de la lombarda al rosa. Un primer golpe de efecto que sirve para dar aún más fuerza a un plato donde el pescado tiene protagonismo por sí mismo. En su punto justo.
Porque el equilibrio es una de las características de esta propuesta que tiene como primeros platos ostra azul con salsa chermouía (de nuevo viaje a Marruecos) y ostra gratinada con salsa mornay. No podía faltar la pastela. Los amantes de este plato no se deben perder la versión de Elkardouydi y la idea de acompañarla con una vinagreta de frutos secos y vainilla para refrescar el paladar. El trío de primeros platos se cierra con un tartar de gamba blanca al ajillo sobre portobello. Aquí hay un acertado guiño a las gambas al ajillo y a los champiñones a la gitana.
Los segundos están compuestos por una corvina con parmentier de apio, nabo y guisantes saletados en beurre noisette. Porque en este menú degustación donde hay carne, pescado, verduras. El equilibrio otra vez.
Hasta ahora el menú degustación no solo sorprende por la elaboración de los platos sino por el contraste de sabores, la sinceridad de la presentación y el colorido. Los olores también transportan. Anticipan lo que va a sentir el paladar. Es lo que pasa en el plato siguiente. El solomillo de ternera con foie grass, puré de coliflor ahumada, salsa de oporto y crujiente de hojaldre viene cubierto por una campana de cristal y al levantarla, el olor a carbón prepara el ambiente para disfrutar de un solomillo en su punto. Pero la sorpresa llega hasta el postre. Un limón como los que hay en patio del hotel que es un auténtico trampantojo donde se mezclan chocolate y helado.
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