El Circo del Sol se sienta a la mesa
El restaurante El 29 acogió una cena, patrocinada por Cervezas Alhambras, que fue amenizada por varios miembros del elenco
El Circo del Sol reinventa en Sevilla 'Alegría', su clásico con más solera
El elenco del Circo del Sol salió ayer, martes 22 octubre, de su zona de confort -la carpa enclavada en el Charco de la Pava donde representan el espectáculo Alegría. Bajo una nueva luz desde hace tres semanas- para ofrecer una velada única. Una experiencia en la que el espectáculo y la gastronomía se dieron la mano. Dos mundos, aparentemente dispares, que encontraron una fusión perfecta de la que pudieron disfrutar 130 comensales. Antiguos intérpretes de la producción canadiense, influencers y empresarios tuvieron la oportunidad de participar. El restaurante El 29, en el parque de María Luisa, fue el lugar elegido para materializar esta unión, que contó con el patrocinio de Cervezas Alhambra. Un lugar único que recupera parte del pabellón de información de la Exposición Iberoamericana con casi 100 años de historia.
Los participantes pudieron degustar un banquete de sensaciones donde la magia del circo y el arte cervecero se entrelazaron gracias a un menú especial inspirado en el espectáculo Alegría. "Cada uno de los platos está elegido minuciosamente, maridados con una Cerveza Alhambra que potencia el sabor de cada ingrediente", explicó Manuel Córdoba, maestro de ceremonias de la velada y conductor del evento. Toda una invitación a dejarse sorprender y a escapar de las prisas que suelen caracterizar el día a día.
De este modo, el entrante estuvo compuesto por unas vieiras marinadas con ajoblanco de pistacho. Un plato que maridado con Alhambra Reserva 1925. Siguió el primer plato compuesto por un semicurado de lubina en escabeche de aceituna gordal, maridado con una Alhambra Reserva Citra IPA. El segundo fue una pluma de bellota asada con puré rústico, acompañada de Alhambra Reserva Roja. Como colofón, un cremoso de chocolate blanco y cerezas, interior de yogurt y base de galleta de cacao. ¿Quién dijo que un postre no puede acompañarse de cerveza? La elegida como broche final, quizás fue la más curiosa de todas: una Alhambra de miel y romero.
Para amenizar la velada, parte del elenco ofreció un par de números entre plato y plato. Una oportunidad para ver de cerca la fortaleza, destreza y elasticidad de los intérpretes. La acróbata mongola Oyun-Erdene Senge desplegó su maestría haciendo equilibrio sobre manos y contorsión. Un ejercicio en el que adoptó formas intrincadas, manteniendo un delicado equilibrio. También actuó el venezolano Gamal Tuniziani con un ejercicio de malabares, llegando a dominar hasta seis mazas al mismo tiempo.
Una velada que es resultado de la convicción de que los pequeños detalles solo se pueden descubrir a través de una mirada que ponga en valor la importancia de apreciarlos plenamente y a través de los cinco sentidos.
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