Senderos del cine europeo
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Canal Arte en español programa 'ArteKino Classics', un ciclo con algunos interesantes títulos poco difundidos del cine de autor europeo. En Cicus, sigue el ciclo dedicado a Stanislaw Lem con un documental sobre su figura.
Desde el pasado lunes, el siempre exquisito Canal Arte alberga un nuevo y original ciclo que, bajo el nombre Artekino Classics, incluye algunas interesantes, poco conocidas u olvidadas perlas históricas del cine europeo en versión original subtitulada y en copias restauradas recién salidas de los laboratorios de las filmotecas nacionales.
No es exactamente marginal o desconocida la película que inauguraba el ciclo, La strada (1954), de Federico Fellini, incursión en el mundo tragicómico del circo y las ferias ambulantes que descubrió la ternura melancólica de Giulietta Massina sometida por la fiereza despótica del no menos mítico personaje de Zampanó que encarnara Anthony Quinn. Viraje del neorrealismo hacia el universo personal felliniano, La strada ganó el León de Plata en el Festival de Venecia y se hizo con el Oscar a la mejor película extranjera, y su banda sonora, compuesta por el gran Nino Rota, aún resuena como una de las más memorables de su larga y estrecha colaboración con el cineasta de Rimini.
Menos accesibles, vistas y difundidas son las restantes películas que se encuentran ya disponibles en la web de Arte: desde la Checoslovaquia de 1963, Hablemos de otra cosa (Something different) revelaba el talento moderno e iconoclasta y la mirada femenina y feminista de Vera Chytilová, que poco después triunfaría en el orbe del nuevo cine europeo y la primavera checa con la conocida Las margaritas (1966). En este su primer largometraje, dos mujeres que no se conocen y con vidas aparentemente distintas comparten un mismo momento de crisis: Eva es gimnasta y se prepara para una importante competición, tras la cual quiere abandonar su carrera como deportista profesional, y Věra es un ama de casa que cuida de su hijo y su marido.
Menos difundida aún es la cinta noruega Ung flukt (The Wayward Girl) (1959), de Edith Carlmar, donde aparecía por primera vez en pantalla Liv Ullmann, cuya carrera junto a Bergman en títulos como Persona, Cara a cara, Secretos de un matrimonio o Gritos y susurros la convertiría en uno de los rostros esenciales del cine moderno antes de iniciar su propia carrera como cineasta. En la cinta de Carlmar, que muestra sin sentimentalismo y modernidad cómo la diferencia de clases se inmiscuye en las relaciones amororas, Ullmann interpreta a Gerd, una adolescente rebelde y ajena a las convenciones.
Desde Inglaterra, Se armó la gorda (1971), dirigida por Ian MacNaughton, recopilaba para la pantalla grande algunos de los mejores sketches cómicos de los míticos Monthy Python para su televisivo Flying Circus, en antena en la BBC desde 1969 hasta 1974. Terry Gilliam, Graham Chapman, John Cleese, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin despliegan su particular humor absurdo entre las habituales animaciones del primero entre un sketch y otro.
En un tono radicalmente distinto, El vídeo de Benny (1992), del austriaco Michael Haneke, hacía saltar todas las alarmas sobre el consumo de imágenes violentas por parte de los jóvenes con un escalofriante relato sobre la descomposición familiar donde un joven Arno Frish, luego protagonista de la no menos impactante y reflexiva Funny games, no parecía distinguir demasiado bien entre ficción y realidad antes de cometer actos atroces.
Lem, autor de 'Solaris'
La Filmoteca Andaluza nos escamoteó la versión buena de Solaris, a saber, la del ruso Andrei Tarkovski, precisamente por ser ruso, en la penúltima mamarrachada políticamente correcta para tiempos de indigencia gestora-cultural. Por fortuna, nos dejan ver el documental sobre Stanislaw Lem, el autor de la novela que la inspiraba, dentro del ciclo dedicado a las adaptaciones cinematográficas de su obra que se celebra en Cicus.
Será el lunes 28 de marzo (19:00h.) cuando se proyecte El autor de Solaris (2016, Borys Lankosz), un trabajo que desvela las facetas menos conocidas del escritor, su infancia y juventud, sus experiencias en la guerra, su pasión por la escritura, el montañismo o los juguetes mecánicos, sus creencias o su actitud ante la futurología y los sistemas ideológicos, todo ello a través de testimonios y documentos inéditos, fotos, correspondencia y películas caseras filmadas que revelan las paradojas de su vida, incluidas sus polémicas epistolares con el otro gran autor de ciencia-ficción de su tiempo Philip K. Dick, su compleja relación con la Polonia comunista, su constante seguimiento de los avances de la ciencia y la tecnología o su colaboración con autores y personalidades católicas a pesar de su ateísmo confeso.
En la misma sesión podrá verse también el mediometraje de 1968 Milhojas (Przekładaniec), de Andrzej Wajda, cuya trama de ambientación futurista gira en torno al trasplante de órganos, uno de los contados filmes que contó con aprobación de Lem, siempre reticente a las adaptaciones de su obra a pesar de los ingresos por la venta de los derechos.
El estreno de la semana: ‘Belle’
Con títulos como El niño y la bestia y Mirai, mi hermana pequeña, Mamoru Hosoda se confirmaba como uno de los nuevos valores seguros de ese anime japonés que prolongaba el magisterio de Miyazaki hacia nuevos territorios y relatos donde lo real y lo fantástico se dan la mano sin solución de continuidad. En su nuevo largo, Belle, que algunos han definido como un cruce entre La bella y la bestia y Matrix, explora el duelo juvenil a través de un viaje virtual a un mundo paralelo.
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