Los gipsy scream: del reggaeton chirigotero a una gitana casa del terror

De "gitanos millennials y feriantes" que regentan una casa del terror. De esta guisa se ha presentado la chirigota sevillana de Pablo de la Prida y Jesús Bernárquez este lunes en la tercera preliminar del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (COAC) para defender el segundo premio que consiguieron el pasado año con los reggaetoneros de Daddy Cadi, hasta ahora su mayor pelotazo en el Gran Teatro Falla.

La subida del telón desveló el misterio del tipo de Los gipsy scream, que cumplía con la pista del nombre, algo que no siempre ocurre. Sobre las tablas, un elenco de personajes de películas de terror al más puro chirigotero: el payaso Pennywise de la nueva versión de It; las tétricas gemelas de El resplandor; la niña de El exorcista (cama incluida); Jason (Viernes 13); la niña del pozo (The Ring); Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street); la monja de Expediente Warren: el caso Enfield; Chucky (El muñeco diabólico); la muñeca Annabelle, de la cinta del mismo nombre; Hannibal Lecter (El silencio de los corderos); el niño de El orfanato; un zombie muy flamenco; y Billy (Saw), con triciclo y todo... Una buena propuesta que, sin enganchar del todo, arranca con una presentación que va de menos a más (buenos golpes como el de la niña del pozo o el del salto a la comba) y deja una invitación clara: "ven a la casa del terror, que no hay monstruo en el Falla que dé más miedo que yo" para salir "tirititando".

Y de ahí, pasacalles mediante, a los pasodobles, en tono serio. Buena música de El Lacio Barranco de nuevo, pero este año con más giros, toque flamenco y quejío al tipo. La primera letra, como no, de agradecimiento y recordatorio al gran año que han disfrutado con Daddy Cadi, y con una declaración de intenciones de perder el miedo a las comparaciones con ellos mismos: "que nos quiten lo bailao". Segundo enumerando todos los retrocesos sociales en inmigración, igualdad, educación, etc... que supone el avance en votos de la ultraderecha de Vox, por lo que hacen una llamada a despertar y honrar "la sangre que derramó" su abuelo para evitar todo eso.

Cuplés simpáticos, de trámite de preliminares (el arrastre de puntos no cuenta para el resto de concurso), a la fiebre del uso del Instagram entre los carnavaleros, que lo único provoca que más gente sepa que "sigue igual de idiota e igual de tieso" pese al segundo premio. El segundo sobre una cena en el restaurante de Ángel León, el Chef del Mar, que les puso de comer lo que se encontró "en la orilla" y que "está gordito" porque "a todo el mundo le pone plancton y el se pone un pedazo de plancton de pescao frito". Estribillo homenaje a los que son unos monstruos como ellos, "el que aparca en Cádiz a la primera", por ejemplo.

Mucho mejor que el resto del repertorio el popurrí, uno de sus fuertes. Flamenco y rumbas a los personajes. Crece con el reggaeton de por medio, una de sus señas de identidad (más allá de su chirigota del año pasado) que deja un buen sabor de boca con cuartetas como la del niño de El orfanato, al ritmo de Atrévete te te de Calle 13, o la de la niña de El Exorcista versionando el Con altura de Rosalía y J. Balvin. "Remata los córner con soltura. ¡Contractura!". Y como siempre, una bonita última cuarteta, aunque no de sus mejores, para despedirse de Cádiz: "eres mi casa encantada".

Una correcta puesta en escena que tiene muy complicado hacer olvidar a los Daddy Cadi, pero con mimbres para poder ir avanzando y compitiendo. Experiencia y talento les sobra. ¿Quién dijo miedo?