La cepa del vino ecológico echa raíces
Bodegas referenciales coinciden en que la inquietud medioambiental de los amantes del vino no responde a una moda pasajera y redoblan sus esfuerzos en los procesos naturales
La tendencia a consumir productos ecológicos, a sensibilizarse con el medio ambiente, apunta hoy hasta a los muebles. Cómo no al vino. Las cartas de vinos eco se alargan en la restauración sevillana. Los grandes productores de vino y las bodegas más modestas coinciden en la tendencia. Y la pregunta salta sola, con la misma espontaneidad que la levadura fermenta el mosto: ¿se trata más de una estrategia de marketing por la imagen y por las inquietudes de cierto mercado, o en el impulso hay un franco compromiso?
En Bodegas Fernández Rivera, que engloba a las reconocidas etiquetas de Pesquera, Condado de Haza, Dehesa La Granja y El Vínculo, lo tienen claro y este mes de mayo lanzarán a la restauración y tiendas seleccionadas 20 Aldeas, el tinto ecológico de Condado de Haza. E irán un paso más allá en el sector eco, donde las producciones se suelen limitar a 15.000 o 20.000 botellas: "Vamos a producir en torno a 350.000. Con ello queremos mandar un mensaje, el mercado estaba esperando algo así", reconoce Antonio Barrios, director comercial de las bodegas.
Este novedoso vino, el primero del grupo con certificado cien por cien ecológico en sus viñedos y en la elaboración, es el fruto del trabajo de Lucía Pascual, enóloga de la familia, quien desde el moderno prisma de sus 31 años ha querido hacer un producto que respete al máximo la tierra, la vid, la vinificación, y en la línea de los vinos frescos y frutales, pero elegantes y con cuerpo, tan en boga. Por su elaboración, el vino no entra dentro de la D.O. Ribera del Duero, algo que hoy día no supone un serio hándicap comercial: ahí están las pujantes bodegas Mauro o Abadía Retuerta para dar fe de ello. El organismo certificador ha tardado un solo año en darle el sello ecológico y no tres, lo habitual.
José Luis Asenjo. Bodega Dehesa de Luna
"En zonas donde sea viable, la superficie de viñedo ecológico crecerá hasta el máximo”
Antonio Barrios admite que el interés en lo eco se bifurca entre la conciencia y el bolsillo: "Nos movemos por la seguridad de lo ecológico, por cultura, es un paso a la modernidad. A nivel internacional, países del norte de Europa como Suiza, Suecia o Alemania sólo quieren importar hoy día vinos ecológicos". "Además, producir este vino es más rentable que el convencional", remata.
En esa línea de rentabilidad va José Luis Asenjo, director técnico de la bodega Dehesa de Luna Finca de Biodiversidad: "En España, o en gran parte de España, por clima es bastante sencillo el cultivo ecológico. La superficie de viñedo ecológico en España crecerá hasta el máximo posible en aquellas zonas donde el cultivo ecológico sea agronómicamente fácil, viable y económico. En aquellas zonas donde no sea tan fácil, el precio de la botella de vino podrá cubrir esos pequeños sobrecostes que pueda tener el cultivo ecológico. Creo que el sector del vino va a ir hacia viñedo ecológico, siempre que se pueda y, por lo tanto, a vinos ecológicos".
Lalo Antón, director de bodegas Izadi, también adopta una visión de futuro: "La ecología en el vino será una condición necesaria como en cualquier otro producto natural".
Luis Hurtado de Amézaga. Bodega Marqués de Riscal
El cultivo ecológico eleva el vigor de la planta, su perennidad y su resistencia a la sequía”
Otras grandes bodegas españolas, como Marqués de Riscal (exportan el 60% de su producción a más de 110 países), van en esa línea estratégica. Si quieres seguir exportando, hay que mentalizarse. En 2018, consiguió la certificación ecológica de todos sus viñedos de la D.O. Rueda después de tres años de transición en sus tierras. Y ya el pasado año, Marqués de Riscal puso en el mercado tres vinos "100% Organic".
Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de Marqués de Riscal, presentó en Sevilla este mes esos novedosos vinos. "El cultivo ecológico tiene tres grandes beneficios: por un lado ese compost y esas cubiertas vegetales elevan el vigor de la planta, ayuda a que el vino exprese el carácter varietal y del terruño de donde viene, la uva sabe mejor, hasta cruje; por otro, garantiza más la perennidad de la planta, y las cepas más viejas elevan la calidad del vino, con autodefensas naturales, la planta puede vivir más de cien años". Y el tercer gran beneficio que resalta atañe a otro asunto de plena actualidad: "El cultivo ecológico hace que la planta se adapte mejor al cambio climático, pues coloniza un volumen de suelo más amplio, absorbe más agua y se hace más resistente a las sequías". "Nuestra intención es usar incluso menos del 50% de la dosis de sulfurosos autorizados", incide.
Bodegas Emilio Moro, otro referente español, también lanzó en 2016 el vino ecológico La Felisa, elaborado sin sulfitos. Su nombre es un homenaje a la madre de José Moro, presidente de la bodega. "Tradición, innovación y responsabilidad social son los tres pilares de nuestra bodega y sobre esa base creamos esta nueva referencia", resalta José Moro, quien también estuvo la pasada semana en Sevilla para presentar su libro sobre sus vivencias entre los viñedos, Si lo sabes escuchar, el vino te habla. Pone su apostilla a la tendencia actual: "La gente cada vez busca una vida más saludable y es digno de elogio, pero ojo, que igual que un vino sea reserva no es sinónimo de calidad, un vino ecológico tampoco es sinónimo de calidad".
De hecho, en grandes superficies comerciales, tiendas y hasta restaurantes conviven vinos eco realmente interesantes con otros que sólo son admirables por la buena fe en su elaboración.
Y sobre esto, Rafael Bellido, presidente de la Federación de Sumilleres de Andalucía y Sevilla, recuerda algo primordial: "El objetivo principal de un vino es que esté rico. Si no está bueno, no tiene ningún sentido. Si luego es natural, o ecológico, y encima andaluz, genial. La etiqueta eco o natural vende, sobre todo en exportacion. Pero si un vino no está rico, no tiene ningún sentido".
Con sello, natural o biodinámico
En las tiendas especializadas cada vez amplían más la gama de vinos respetuosos con el medio ambiente, que se ramifican en vinos ecológicos (los que tienen el sello certificado), los vinos naturales (no lo tienen) y los vinos de cultivo biodinámico, cuya vendimia se rige por los ciclos lunares. "Hace diez años, los vinos ecológicos se veían como vinos inferiores o que seguramente iban a ser malos, por el simple hecho de ser ecológicos. Hoy dia los ecologicos son iguales de buenos, ricos y equilibrados si los comparamos con los que reciben grandes cantidades de sulfurosos o retificaciones químicas en bodega", asegura el sommelier Andrés Salla, de Flor de Sal (calle Carlos Cañal).
En Delatierra Vinos (calle García de Vinuesa), reconocen que la tendencia a consumir vinos ecos va a más, pero que no es algo tan moderno como se cree: "El 90% de los vinos espumosos franceses se han hecho con viticultura ecológica toda la vida, y eso está llegando, la gente está cada vez más concienciada. Los vinos ecológicos van al alza, pero con los naturales, de momento es más complicado por sus aromas más primarios, necesitan un paladar especial para disfrutarlos".
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