Ni la Catedral ni la Plaza de España: este es el monumento de Sevilla que más magia esconde tras sus muros
Este monumento fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1987 por la Unesco
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La ciudad de Sevilla cuenta con numerosos espacios de interés histórico, cultural y artístico que merece la pena conocer si se está de visita en la capital. Lugares como la Plaza de España, la Torre del Oro, el Parque de María Luisa o la antigua Judería son algunos de ellos.
Debido a su pasado, a su grandeza arquitectónica y a sus dimensiones y belleza, la Plaza de España y la Catedral de Sevilla son los monumentos más visitados de la hispalense tanto por turistas como por locales. Sin embargo, hay una tercera construcción que esconde, tras sus muros, uno de los palacios y jardines más mágicos de toda la ciudad y que no hay que dejar de ver cuando se está en la capital. Se trata de los Reales Alcázares, un monumento que junto a la Catedral y el Archivo de Indias fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1987 por la Unesco.
Reales Alcázares de Sevilla
Tras los muros y la puerta que separa la Plaza del Triunfo de los Reales Alcázares de Sevilla se encuentran los palacios y jardines más emblemáticos de la ciudad. Aunque desde fuera su tamaño parezca mucho más reducido, adentrarse en este edifico es como hacerlo en un mundo ajeno a la ciudad en que hay todo tipo de árboles, fuentes, e incluso pavos reales campando a sus anchas por la zona.
Esta fortaleza palatina, construida por los musulmanes para controlar el Guadalquivir, era residencia real desde el siglo XII. Con Pedro I se construye el palacio situado en el interior del Alcázar de estilo mudéjar y aunque a lo largo de los siglos se fue modificando la decoración de las estancias, las fuentes o los pabellones, el trazado original del Alcázar no sufrió cambios sustanciales.
El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen a comienzos del siglo X, en el momento en que el Califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad. Antes la sede del poder omeya de al-Andalus estaba cerca de la actual Colegiata del Salvador. La conquista castellana del territorio en torno a 1248, en el siglo XIII, dotó al Real Alcázar de la condición que permanece hasta nuestros días: sede de la Corona y ámbito del poder municipal de la ciudad. Actualmente, es el Palacio Real europeo en uso de mayor antigüedad.
Tal y como explican en la página web de los Reales Alcázares, a los palacios se le añadieron los jardines y el agua que aparece por todos los rincones, en una especie de compensación al Guadalquivir al que se le fue quitando el espacio. Esto es lo que dota de una gran vida a todo el conjunto arquitectónico.
Visitar el Alcázar de Sevilla
La visita a los Reales Alcázares tiene un precio estándar de 15,50 euros, con la excepción de que los lunes es posible acceder de forma gratuita a partir de las 18:30 horas. Para adquirir cualquiera de los pases es necesario hacerlo reservando la cita a través de la página web o en el propio Alcázar en el caso de las entradas estándar.
El Alcázar de Sevilla es una de las mayores representaciones del paso del tiempo en la ciudad de Sevilla. Sus diferentes salones, sus azulejos y molduras y sus imponentes zonas verdes, en las que hay fuentes, laberinto e incluso un órgano de agua hacen de este monumento uno de los más especiales de toda la hispalense.
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