La Casa de las Moscas de Sevilla, el edificio con insectos que pasan desapercibidos

Esta construcción data de comienzos del siglo XX.

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Casa de las Moscas / Wikimedia

En el corazón de Sevilla, en pleno barrio del Arenal y, más concretamente, en la calle Adriano, hay un edificio de imponente fachada al que se le conoce como "La Casa de las Moscas". Este se reconoce fácilemente porque hace esquina con la calle Pastor y Landero.

El edificio

Esta construcción fue obra del arquitecto Antonio Gómez Millán y se erigió entre 1912 y 1914 sobre un solar con una peculiar forma triangular. Cuando se construyó este edificio el poder local trataba de imponer un estilo regiolanista, sevillano, en las obras de nueva construcción, especialmente de cara a la Exposición Iberoamericana de 1929.

Con un programa previsto que desarrolla la planta baja para locales comerciales y las dos plantas superiores para viviendas, el edificio se construye reservando un espacio central vacío en forma triangular como patio de luces.

Por qué "La casa de las moscas"

El motivo por el que este edificio es conocido en Sevilla de esta manera es porque en los azulejos que tiene en la parte superior de su fachada hay varias moscas representadas. Pero estos no son los únicos insectos que se encuentran en la construcción. Un poco más abajo también se pueden ver azulejos con caracoles, abejas o libélulas, lo que demuestra el carácter modernista de la fachada, algo poco habitual en la época. También se pueden observar tallos y flores sobre fondos coloridos que se distancian un poco de lo que entonces hacían los ceramistas locales.

La popularmente conocida como "Casa de las Moscas" es posiblemente una de las construcciones más antiguas del barrio del Arenal, después de la capilla del Baratillo. De esta misma época , estilo y autor era el Bazar España que estaba situado en la Avenida de Miraflores, que se acabó derrumbando.

Este estilo modernista que quiso incluir Gómez Millán en su fachada pronto sería abandonado por la mayoría de arquitectos de la época para dar paso al regionalismo que se puede ver en construcciones como el Hotel Alfonso XIII, la antigua casa Filella o el edificio de La Campana, entre muchos otros.