La Capilla de Santa Catalina, una joya del barroco andaluz escondida junto a las Setas

Capilla Sacramental de la iglesia de Santa Catalina
Capilla Sacramental de la iglesia de Santa Catalina / Laexaltacion.org

La iglesia de Santa Catalina está ubicada en la calle Alhóndiga de Sevilla, junto a la Plaza de los Terceros y de Ponce de León. A pesar de encontrarse en un sitio muy céntrico de la capital, se trata de un templo que pasa desapercibido por no ser de gran tamaño. Sin embargo, su interior alberga uno de los mayores exponentes del barroco andaluz del siglo XVIII: su capilla sacramental.

Construcción

La iglesia formaba parte de un edificio de estilo gótico-mudéjar cuya construcción principal databa de los siglos XIII y XIV. Como consecuencia del terremoto de 1356 se tuvo que construir un nuevo templo, que es la iglesia actual, en la segunda mitad del siglo XIV y que era algo más ancho que el original en su parte central.

Con el paso del tiempo fue ampliándose. La excavación arqueológica realizada durante su restauración ha confirmado que se ubicaba en el lugar de una mezquita, pero se ha descartado que su torre sea un alminar reutilizado.

A lo largo de los años este templo se ha visto sometido a varias restauraciones, debido a su antigüedad. Una de ellas la llevó a cabo el arquitecto Juan Talavera y Heredia.

En el interior, la iglesia presenta tres naves: la central (más ancha y alta que las laterales) con un techo de artesonado de estilo mudéjar; el retablo mayor de 1624-1629 de Diego López Bueno con una imagen de Pedro Roldán del Santísimo Cristo de la Exaltación, de 1687 y la Capilla Sacramental, una joya de estilo barroco de Leonardo de Figueroa que data de 1721.

En 1912 esta iglesia fue declarada Monumento Nacional y es sede canónica de las hermandades de la Exaltación, de la Virgen del Carmen y del Rosario, y de Santa Lucía.

Capilla Sacramental

La Hermandad Sacramental de Santa Catalina, deseosa de erigir una Capilla del Sagrario más amplia que la que poseía solicitó en 1721 al Ayuntamiento la cesión de un terreno adyacente a la cabecera del templo parroquial de Santa Catalina. Concedida la petición, ese mismo año se iniciaron las obras bajo la dirección del arquitecto Leonardo de Figueroa, auxiliado por sus hijos Matías y Ambrosio. En lo referente a cantería y albañilería, las obras se prolongaron hasta 1736.

En la actualidad se trata uno de los mayores exponentes del barroco andaluz y su interior está considerado uno de los espacios más hermosos de la ciudad. En él hay un gran compendio de tallas, pinturas, yeserías, canterías y dorados.

La Iglesia de Santa Catalina estuvo cerrada al culto desde el 3 de junio de 2004 hasta el 25 de noviembre de 2018, cuando volvió a reabrir sus puertas tras más de 14 años en obras. Hoy se puede visitar con normalidad y contemplar la imponente capilla que hay en su interior.

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