La magia que fabrica el Ateneo

"Abrid vuestros balcones y ventanas y dejad que los Reyes entren por vuestros balcones. Dejadles sitio en vuestras casas. ¡Viva los Reyes Magos!". Con la habitual arenga de Luismi a los sevillanos congregados en torno a la antigua Fábrica de Tabacos se desata la locura. Todo está dispuesto. Sus Majestades ya tienen sus coronas. Los caramelos inundan las bodegas de las carrozas en las que todos los niños están ya subidos. La Agrupación Veterana de Sevilla toma posiciones en Palos de la Frontera. La Caballería de la Policía Nacional se apresta a ejercer de prólogo de la ilusión. Los beduinos agarran con fuerza el primer puñado de caramelos para lanzarlos con fuerza hacia el cielo, azul radiante ayer en Sevilla. Todo está dispuesto.

El director de la Cabalgata, Manuel Sainz, sabedor de la responsabilidad que es llevar tanta ilusión y alegría a niños y mayores, se coloca en la avanzadilla con gesto serio. De concentración. Por la puerta de la antigua facultad de Ciencias, improvisado Palacio de Oriente, salen los tres Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar, que más que caminar hacia sus tronos, parece que van flotando. La emoción se palpa en el gesto. El presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero, un niño más, se pone el primero para regalarle a la ciudad su maravillosa cabalgata de cada año. ¡Cómo disfruta, bolsa en mano, tirando también sus caramelos!

Un año más, y ya van más de cien, Sevilla disfruta con su Cabalgata de los Reyes Magos. La que sueña el Ateneo durante un año entero para entregársela a toda una ciudad el cinco de enero. Seis horas de ilusión que conllevan interminables horas de trabajo. De diseño, de construir la carrozas, de cuidar todos y cada uno de los detalles, como los guantes del séquito de rey Baltasar. Mucho ha mejorado la Cabalgata desde que está en manos del actual equipo.

El Cortejo de la Ilusión, incluso con su necesaria adaptación y renovación a los tiempos actuales, conserva las formas de siempre. Las que cada uno recuerda de niño. Las carrozas son ahora más grandes, más coloridas, lucen de manera espectacular por la noche cuando se encienden las luces led que se incorporaron hace unos años, cada año se mejoran los diseños... pero todo ello sin perder un ápice de magia y sabor.

Cualquiera podría reconocer la Cabalgata de Reyes de Sevilla. Tiene identidad y personalidad propia, algo que se está perdiendo en otros ámbitos de la ciudad. Pocas cosas hay en Sevilla que generen tanta unanimidad como su Cabalgata de los Reyes Magos. Un éxito que se debe, sin duda, a que permanece alejada de ideologías y de los intereses o gustos del partido político de turno.

Un año más el Cortejo de la Ilusión ha llamado la atención por sus nuevas carrozas. Ocho se han estrenado salidas de la imaginación del director artístico Manuel Jesús Corral Zambruno, que lo ha vuelto a bordar. Llamaron poderosamente la atención la dedicada a la Hermandad de la Macarena el 425 aniversario de su fundación; la gran catedral gótica sobre la que desfiló el Mago de la Fantasía, uno de los personajes del cortejo más animados; la de Tablada coronada por el avión Jesús del Gran Poder; la que rinde homenaje a la cerámica trianera; o la brindada a Diario de Sevilla por su 20 aniversario.

La ilusión ha recorrido las calles de la ciudad sin ningún contratiempo. "Las dos calles donde de verdad se tiran más caramelos son Feria y Asunción. Ya lo vas a ver. Son las más animadas", se escuchó en la Lonja de la Fábrica de Tabacos antes de la salida. Así fue. Al caer la tarde, cuando las carrozas han lucido su lograda iluminación, se ha desatado la locura. Se han vivido, como siempre, emotivos momentos al paso por la Basílica de la Macarena, con sus majestades arrodillados sobre sus carrozas y con la tradicional ofrenda floral del Rey Baltasar a la Virgen de la Esperanza.

La calle Feria no ha defraudado, con sus balcones engalanados para la esta procesión de la alegría. Como tampoco lo ha hecho Triana, con el Altozano a reventar y la calle San Jacinto entregada por completo. En su tramo final, antes de volver a la Universidad, Los Remedios ha vuelto a ser un delirio de cánticos a sus Reyes Magos: "¡Yo soy de Melchor, de Melchor, de Melchor!".

Sus Majestades han regresado al Palacio de Oriente de Sevilla al filo de las diez de la noche, antes de visitar a los enfermos en el hospital. La otra Cabalgata por los que más lo necesitan.

Según el balance municipal, la Cabalgata congregó a 550.000 personas, una cifra superior al año pasado.