Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
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astronomía
Las lágrimas de San Lorenzo, llamadas así popularmente a la lluvia de estrellas de las Perseidas, regaló la noche del martes un fenómeno astronómico poco usual y a la vez llamativo: una bola de fuego o bólido que animó un mal año para disfrutar de estas estrellas fugaces debido a la proximidad de la noche de mayor número de meteoros por hora con la luna llena.
Este meteoro se produjo como consecuencia de la entrada en la atmósfera terrestre de un fragmento desprendido del cometa Swift-Tuttle a unos 210.000 kilómetros por hora. El fenómeno luminoso y sonoro fue avistado por los aficionados que observaron el cielo a las 22:08, siendo testigos en algunos lugares de un sonido similar a un silbido.
Está perseida perdida sobrevoló Castilla-La Mancha y Andalucía, iniciándose a una altitud de unos 130 kilómetros sobre la provincia de ciudad real, casi sobre la vertical de Puertollano, y extendiéndose a unos 81 kilómetros sobre la provincia de Málaga, cerca de la vertical de Marbella. Debido a la extraordinaria luminosidad y cercanía del evento astronómico se pudo observar y oír a más de 400 kilómetros de distancia.
Dicho fenómeno fue reportado por los aficionados al profesor de la Universidad de Huelva, Jose María Madiedo, quedando registrado por los detectores el proyecto Smart desde los observatorios astronómicos de Calar Alto (Almería), Sierra Nevada (Granada), La Sagra (Granada), La Hita (Toledo) y Sevilla que operan en el marco de la red de bólidos y meteoritos del suroeste de Europa (SWEMN ).
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