La bodega de Triana en la que comes como en casa de tu abuela
Este establecimiento ofrece guisos caseros en formato tapa.
Bodega Vargas fue fundado por Manuel Vargas en el año 1985 como una casa de comidas. Tras haber pasado el negocio a la segunda generación, la esencia de este bar reside en que mantiene el aspecto y la calidad de siempre. Uno de los elementos clave respecto a esto es su pizarra, en la que van apuntando los guisos del día y en la que anuncian que tienen caracoles cuando llega la temporada. También tienen cabrillas tomates que acompañan de cerveza Cruzcampo muy fría o de cualquier de los vinos con los que cuentan en sus estantes.
Y para regar, «una de las mejores Cruzcampo de Sevilla», presumen. Helada y servida en vaso de sidra. Siendo bodega, cuidan también los vinos y triunfan el vermú y la manzanilla en la barra. Bodega Vargas tiene la zona de barra, donde se pueden meter a entre 30 y 40 personas, una terraza llena de vida y un pequeño reservado con mesas altas para 20 clientes que se puede reservar -grupos grandes-.
Sus comidas
La Bodega Vargas tiene la particularidad de ofrecer guisos de los de toda la vida en formato tapa. Entre sus opciones más conocidas están la sangre encebollada, los higaditos de pollo en salsa, las espinacas con garbanzos, los tradicionales huevos a la flamenca o los riños al Tío Pepe. También cuentan con otras opciones como chacinas, ortiguillas, ensaladilla de pulpo o caracoles en temporada.
Haciendo referencia al nombre del establecimiento, junto a las comidas también tienen una amplia variedad de vinos de Jerez, Sanlúcar y El Puerto de Santa María para acompañar a las tapas.
Bodega Vargas se encuentra en la calle San Jacinto, número 68, y a pesar de compartir espacio con numerosos negocios de todo tipo, este pequeño bar de Triana conversa la esencia de antaño. En su exterior hay un par de mesas altas y varias bajas al más puro estilo de una taberna, mientras que el interior es pequeño y está presidido por una barra de madera oscura y decoración propia de Andalucía, con varias fotografías de la Semana Santa de Sevilla y algunos platos de cerámica que cuelgan de las paredes.
Este bar es el punto de encuentro perfecto para los habitantes del barrio, tanto si se quiere tomar algo rápido como si se quiere disfrutar del mediodía en Sevilla, especialmente cuando hace buen tiempo.
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