Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Después del boom que tuvo la llegada de bares con comida internacional a Sevilla, en los que hay desde sushi hasta burgers, comida italiana, libanesa o de Perú, parece ser que hay un sector de la población, tanto autóctona como turista, que sigue valorando la comida tradicional y casera en los bares de siempre.
Esos cuyas barras son de metal o madera y que sirven para depositar la cerveza, para tomarse una tapa fría o para apuntar la cuenta, que siempre se hace de cabeza, con una tiza. Aunque parezca que estos lugares han desaparecido lo cierto es que en Sevilla siguen quedando muchos de ellos y ver a sus camareros calculando el precio de las comandas está completamente normalizado.
Desde Vivir en Sevilla te contamos cuáles son algunos de estos lugares:
El propietario de este bar, Paco Gálvez, se levantaba cada mañana para comprar el género antes de abrir su local ubicado en la calle Alejandro Collantes, esquina con fray Diego de Ojeda, en la zona más antigua de Nervión.
Su bar, de los de toda la vida, sirve comida tradicional andaluza entre las que destacan su barbo en adobo y el pollo frito. La decoración del establecimiento es Sevilla, con una barra central, azulejos sevillanos, un grifo de cerveza y dos barriles de Moscatel y de fino de las bodegas Manuel Aragón Baizán de Chiclana.
Tiene mesas tanto en el interior del local como en la terraza exterior, perfecta para las noches de verano. Este sitio no funciona con reservas sino por orden de llegada. El pedido se hace directamente en la barra, no en las mesas y la cuenta se sigue haciendo como antaño, a tiza sobre la madera en la que depsués se depositan las cervezas.
Esta bodega, ubicada en un lugar privilegiado de la ciudad, junto a la Giralda, es uno de los bares más emblemáticos de Sevilla. Sirve comida tradicional de la tierra en forma de tapa o plato y entre sus especialidades destaca su montadito de pringá y su vino de la casa. Al igual que en los demás bares, aquí la cuenta la hacen de cabeza, apuntándola con una tiza sobre la barra del bar. Está en la calle Rodrigo Caro, 1.
Este mítico bar sevillano comienza su andadura en 1926 cuando su fundador llega desde Manzanilla, en Huelva, para fundar su primer establecimiento. Su producto estrella, los boquerones en adobo, no se incorporarían a su carta hasta los años 60. La persona que los elaboró fuen Ascensión Trujillo, la madre del actual gerente, José Blanco Trujillo.
El local más antiguo es pequeño, con estética de taberna y con menos de 40 metros cuadrados. Cuenta con algunas sillas junto a la barra y varias mesas altas en su puerta. En los últimos años el establecimiento se ha expandido con dos nuevas aperturas enTriana y Gines. No admiten reservas. Están en la calle José de Velilla, 1.
Se trata del bar más antiguo de Sevilla... ¡y de España! Se fundó en el año 1670 y sigue funcionando a día de hoy. De hecho, es uno de los más famosos de la ciudad. Su comida tradicional, sus tapas caseras y su forma de hacer las cosas, como las de toda la vida, cautiva a todo aquel que entra por sus puertas. Está en la calle Gerona, 40.
Casa Palacios se encuentra en la calle Progreso, 7, en el barrio del Porvenir. Se fundó en el año 1926 como comercio de alimentación de ultramarinos finos y bar de la mano de Blas Palacios, un hombre que llegaba de Soria. Ya contaba con experiencia en el sector por lo que decidió abrirlo en lo que en tres años seria el centro neurálgico de la gran exposición del 29 en Sevilla.
Nacido en Sevilla y de padres gallegos, Alfonso Bugarín puso en marcha el establecimiento en noviembre de 1972. Desde julio de 1977, su hijo Paco Bugarín Moriña, regentó el establecimiento hasta abril de 2021 en que se jubiló. El sitio, tras una pequeña remodelación ha vuelto a abrir en octubre de 2021 bajo la gerencia de Francisco Barbeiro, que llevaba trabajando en el bar más de 25 años.
Su decoración es propia de la de los bares de la segunda mitad del siglo XX, con pizarras con las tapas del día y una barra de aluminio en la que se llevan las cuentas. Ofrecen comida tradicional y una variedad de mariscos que traen desde Galicia. Tienen especial fama los bogavantes, los percebes, las zamburiñas o el pulpo. La oferta cambia cada día en función del mercado. Cuentan con vinos gallegos y postres caseros y admiten reserva. Están en la calle Juan Sebastián Elcano, 19.
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