Bar Moraleja: Costumbrismo atemporal y canalla en el centro de Sevilla

Tras la barra

El pequeño local de la calle Zaragoza tiene el poder de hacer sentir a los clientes como en casa

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Tras la barra: Moraleja / José Ángel García

Las puertas del número 15 de la calle Zaragoza tienen magia. Da igual que el Moraleja lleve solo un año allí. Es como si fuera un bar de toda la vida. Mucho tienen que ver en esta sensación Fernando y José Luis Morales, los dos hermanos que están al frente de un local donde lo mismo te puedes encontrar a Curro-Pali (un peluche de Curro sentado en una silla que recuerda la conocida foto del trovador de Sevilla), uno de los cirios del paso de Jesús Despojado o un pequeño tributo en forma de cuadro a Silvio

La camiseta del uniforme del bar es toda una declaración de intenciones. En la espalda, un dibujo de Curro vestido como Gambrinus con una medalla de Camarón al cuello. El diseño es de @EPLDESIGNZ, que tiene también algunas de sus obras colgadas en las paredes del bar. 

"Es el bar al que nos gustaría ir a nosotros, pero no podemos porque estamos trabajando, claro", comenta Fernando con la guasa sevillana. Los dos hermanos son muy de Silvio, del Pali, pero también de todo lo que se mueve en la Sevilla más actual. “Aquí hay sitio para todos los que quieran echar un rato tomando una cerveza”, afirman. Porque ellos defienden su “costumbrismo atemporal” que llevan tanto en lo personal –hermanos del Gran Poder y la Soledad de San Lorenzo– como en su carta. “Te ponemos un plato de chicharrones, pero con mayonesa de kimchi o una tapa de payoyo, pero le ponemos crema de membrillo y cava”. 

Los hermanos Morales Muñoz tienen bien definidos sus puestos detrás de la barra. Fernando comanda la cocina y Pepe es el rey del tirador. Hace un año que el Moraleja es el lugar de peregrinación de un grupo cada vez más numeroso de parroquianos. "Hacemos un buen equipo", aseguran.

Fernando y José Luis Morales en la barra del Moraleja
Fernando y José Luis Morales en la barra del Moraleja / José Ángel García

Aunque tenga solo un año, el Moraleja tiene mucha historia. Como la de una de las tapas que más sale, Jarana. Una especie de perrito caliente hecho con chistorra caramelizada en miel y flambeada en brandy a la que añaden parmesano en polvo y mahonesa trufada. Otro imprescindible es la tortilla, una delicia para quienes le gusta poco cuajada en en interior.

Cercanía, ambiente y buena comida son características de este local. "Un perfecto caos", lo define Fernando Morales, donde todos tienen su sitio. Es cierto que la obra de la calle Zaragoza les está haciendo un poco de daño en este primer año del negocio que se ha notado en la carga de trabajo, "pero nos llevamos bien con los albañiles". 

"Tenemos mucho público fiel, casi todos sevillanos", aseguran. Una buena medida del número de los parroquianos está en los seguidores de la cuenta de Instagram, @MoralejaSevilla. Donde, por cierto, anuncian los fuera de carta. Lo normal es que cambien cada semana, pero hay veces que las tapas cambian incluso a lo lago del día. 

El caso más curioso es el del humus atemporal. Puede ser de mejillones con escabeche o con chicharrones casi en el mismo día. “La única que sigue siempre igual es la ensaladilla de gambas al ajillo, porque lo hicimos una vez y hubo protestas de nuestra clientela”, bromean.

Unos parroquianos que sobre todo piden el brioche en cualquiera de sus variantes: Gaditano con chicharrón de Cádiz, queso brie y mayonesa especiada;  o jerezano, con lomo al jerez. Tampoco falla el bao con pringá. Otra vez, costumbrismo atemporal, esa mezcla entre lo tradicional y lo moderno que hace que el cliente se sienta como en casa. 

Un ticket medio en Moraleja
Un ticket medio en Moraleja / M. G.

El ticket medio es de unos 15 euros, aunque eso siempre depende de lo que cada uno pida. La tapa más cara es la tortilla (unos 6 euros) pero es cierto que es contundente. Para continuar con la atemporalidad del costumbrismo, nada mejor que la ventresca de atún pero ahumado en aceite de ajonegro o el pinsho de anchoa con leche condensada, la sardina ahumada y Ajoblanco o el Mejillón de la sierra y la € crema de gorgonzolla y pera con garrapiñá o el tartar de chorizo Iberico.

El bar está abierto de lunes a jueves de 13:00 a 17:00 y de 20:30 a medianoche y viernes y sábado, de 13:00 a medianoche. 

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