Jazz atonal para un thriller urbano
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Quartet Records reedita 'Pelham 1, 2, 3', de David Shire, e 'Images', de John Williams, dos de las más bandas sonoras más vanguardistas del cine americano de los 70. Otro disco celebra la colaboración entre Reijseger y Herzog y Danny Elfman saca disco en solitario después de 37 años.
Nos pedían hace poco una lista con las 25 mejores bandas sonoras de la historia para una conocida revista musical y la de Pelham 1, 2, 3 (1974), de David Shire, siempre se mantuvo en nuestros borradores, resistente a dolorosos descartes y sacrificios. No podía ser de otra manera tratándose de uno de los ejercicios musicales más audaces, efectivos y modernos del cine de su época, aquella memorable década de los 70 en la que el cine americano se permitió la libertad y la experimentación constantes en todos sus elementos, incluida la música. Se entiende así el insólito abrazo del sistema dodecafónico y la atonalidad de Schoenberg en un score de modos jazzísticos, ritmos funky y peculiar formato de big band que, en la estela de trabajos como los de Lalo Schifrin para Bullitt, Operación Dragón o Harry el sucio o el de Don Ellis para The french connection, iban a funcionar como nuevos revestimientos músico-dramáticos para el emergente thriller urbano.
El secuestro de un tren del metro de Nueva York y la posterior escalada de tensión y violencia dirigida por Joseph Sargent contó con una revolucionaria música de Shire, autor también de la no menos extraordinaria banda sonora para piano solo de La conversación de Coppola, en la que el jazz de vanguardia y las disonancias se colaban entre los sonidos del subsuelo con una potencia inusitada que propulsaba el filme siempre hacia adelante a través de una línea de bajo grave, un leve apunte melódico y el contrapunto frenético de trombones, tuba, clarinetes, trompetas, saxos, el piano eléctrico, una batería jazz-rock y una percusión desatada que no dan respiro en sus momentos de mayor intensidad cinética. Apabullante.
Esta nueva reedición de Quartet RecordsreediciónQuartet Records, también en vinilo, recupera los materiales íntegros de la descatalogada de Film Score Monthly de 1995 e incluye nuevas notas a cargo de Tim Geeiving y una entrevista exclusiva con David Shire. Dense prisa porque la tirada es limitada.
'Images': Williams antes de Williams
Decíamos a la izquierda que los setenta fueron la época de mayor explosión creativa e innovación en la música del cine americano, o al menos así fue hasta Star Wars, con su repliegue hacia el sinfonismo clásico como nuevo modelo para la épica y la aventura fantástica.
Apenas unos años antes, en 1972, el mismo John Williams de las fanfarrias y los himnos heroicos, firmaba una de las bandas sonoras más fascinantes y experimentales de su repertorio, esta Images para el filme de Robert Altman que juega antes con las atmósferas de extrañamiento, las texturas y una instrumentación poco ortodoxa (flauta Inca, cestas, las voces y la percusión japonesa propias del kabuki a cargo de Stomu Yamashita) que con su habitual tendencia a lo melódico como elemento constructor de motivos, temas y progresiones. Quartet nos obsequia también con una nueva edición en CD y vinilo de esta extraordinaria obra con notas del propio Williams.
Herzog-Reijseger: en busca de horizontes sonoros
Se suele pasar por alto el buen oído de Werner Herzog para la música en sus películas, a pesar de que algunas de sus bandas sonoras, como aquella de Aguirre, la cólera de Dios, del grupo alemán Popol Vuh, se cuente entre las más interesantes de la historia del cine en sus cualidades electrónicas y atmosféricas.
Desde 2004, Herzog ha contado asiduamente con un compositor para sus nuevos trabajos documentales y de ficción, el también violonchelista holandés Ernst Reijseger, músico que ha proporcionado a su cine una profunda dimensión humanista, espiritual y telúrica, navegando entre lo elegíaco y ese nuevo lenguaje de fusión entre la música antigua sagrada, la escritura contemporánea y la música étnica o de raíz folclórica que se sitúa siempre cerca de los paisajes y las culturas lejanas que tanto gusta de explorar el cineasta.
Este disco recopilatorio, Chronicles (Caldera), es una estupenda puerta de entrada a esta colaboración creativa y en él se dan cita pasajes de documentales como La cueva de los sueños olvidados, The white diamond, Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin o el reciente Fireball: Visitors From Darker Worlds, junto a los scores para ficciones como Rescate al amanecer, My Son, My Son, What Have Ye Done, Desierto de fuego o Family Romance, LLC.
Danny Elfman goes solo: 'Big Mess'
37 años hacía que Danny Elfman, estrella absoluta de la música de cine, no sacaba un disco en solitario o regresaba al universo del ‘art-pop’ de aquellos recordados Oingo Boingo. La pandemia, el confinamiento y el cabreo por la deriva antidemocrática de Estados Unidos se alinean en este repertorio de nuevas y poderosas canciones marcadas por la intensidad, la rabia, la oscuridad y el sarcasmo habituales y esa dualidad esquizoide patente en la propia cubierta.
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