El paraíso de los amantes del atún está en este bar de Pino Montano

Ir a Cádiz es sinónimo de probar el atún de almadraba para quienes son amantes de este pescado. Por desgracia, no siempre se tiene la oportunidad de desplazarse hasta allí. Por eso en Tarantelo Bar han querido traer este manjar hasta Sevilla para quienes quieran disfrutarlo sin tenerse que mover demasiado de la capital. De ahí que le hayan puesto este nombre a su establecimiento ubicado en el barrio de Pino Montano, ya que el tarantelo es una parte del atún rojo que se encuentra en la zona inferior del pez, entre la ventresca y la cola blanca, que se caracteriza por tener poca grasa.

Tarantelo Bar

Tarantelo Bar, ubicado en la calle Estrella Canopus, número 21, abrió sus puertas hace casi un año de la mano de Mercedes y Enrique Rico, dos hermanos que tuvieron la idea de traer los productos de Cádiz a Sevilla. Ambos contaban con una dilatada experiencia hostelera trabajando, precisamente, con el atún.

Ambos son sevillanos pero antes de abrir su local en Pino Montano trabajaban en un restaurante en la playa de Zahora, en Barbate. Su idea era poner en marcha un negocio en el que incluir los productos más emblemáticos del lugar en el que estaban y ofrecer platos clásicos con un toque renovado.

Su oferta gastronómica

En los fogones de Tarantelo está Luis Alberto Sánchez, de origen cubano, lo que aporta riqueza a las elaboraciones de este bar. Aquí sirven el atún de diferentes maneras, tanto crudo como mechado, en conserva o a la plancha. Lo incluyen en platos como ensaladilla con mojama y yema curada o acompañado de pimientos asados.

Gracias a la influencia de la cocina de Centro América, también sirven patacones (platano macho aplastado y frito) con huevo de codorniz y atún trufado, patatas bravas con yuca, el sanwich cubano o el ceviche de langostinos. El bar también trabaja con diferentes fuera de carta que van variando según el día y los productos de los que dispongan.

Sobre el atún de almadraba

El atún rojo de almadraba se caracteriza por haberse pescado mediante una técnica centenaria de pesca selectiva (las almadrabas) que consiste en recoger a los atunes en redes unidas a varios barcos. En este caso los pescadores se lanzan a dichas redes y capturan a los animales.

Antiguamente era un proceso más traumático para los peces y peligroso para los propios marineros por lo que suponía capturarlos, pero en la actualidad unos buzos bajan al lugar en que están los atunes y se utilizan sistemas para “adormecer” al animal. Posteriormente solo se capturan las piezas seleccionadas según número y tamaño estipulado (normalmente son atunes de 10 a 15 años). Esta ténica que tiene cientos de años es de las más sostenibles de este tipo con el medio ambiente y la preservación de esta especie.