Zësar Bahamonte, artista urbano: "Viajamos por todo el mundo ganando dinero, en Sevilla las administraciones no nos atienden"

Que el Ayuntamiento de Sevilla le ha declarado la guerra al graffiti no es una novedad. La polémica viene cuando se confunden las pintadas vandálicas con el arte urbano, un recurso turístico explotado en ciudades como Londres o Lisboa, pero ignorado en Sevilla. Esta es la conclusión de Zësar Bahamonte, un artista urbano local que no pierde la fe en que la actividad del gremio en los espacios públicos llegue a regularizarse.

Precisamente, una de las obras de Bahamonte, junto a las de otra quincena de artistas en el muro del colegio Sor Ángela de la Cruz en San Julián, han sido tapadas con pintura uniforme esta semana, según ha compartido la cuenta Lost in Seville a través de Instagram. Al parecer, el motivo de esta decisión sería que algunos de ellos se encontraban en mal estado. No obstante, un caso similar tuvo lugar el pasado mes de junio, cuando el Ayuntamiento pintó sobre un mural promovido por el IES Salvador Távora, en Cerro-Amate.

Entonces el Consistorio califó de "error" lo ocurrido, tras lo cual se reunió con varios artistas urbanos de la ciudad. "Elaboramos un dosier con varios espacios de la ciudad que podrían convertirse en un hall of fame, entre ellos el paseo de Juan Carlos I", señala Bahamonte sobre este compromiso con el gobierno local. La propuesta del gremio consiste en regularizar este tipo de intervenciones artísticas dinámicas en espacios públicos. "Creo que en algún momento nos lo van a permitir, es un sitio perfecto, lleno de obras de artistas profesionales que enriquecen la ciudad", añade.

Zësar es el promotor junto a otros artistas de una iniciativa similar en la calle Sol, donde cada mes renuevan el mismo mural, y ya van 23 ediciones. "Los vecinos nos apoyan un montón, aunque algunas señoras se quejan cuando tapamos uno que les gusta (risas)", relata sobre la buena acogida en el barrio.

"Aquí estamos peleando por un muro para pintar gratis"

En cuanto a la eliminación de graffitis, Bahamonte cree que "cualquiera sabe diferenciar una pintada que ensucia de un mural", pero no corresponde descargar la responsabilidad sobre los trabajadores del servicio municipal de limpieza. "Queremos que las instituciones abran los ojos y se dejen aconsejar por quienes estamos en estos círculos", pide el artista.

"Sevilla siempre ha sido punta de lanza en cuanto a arte público en España", según Bahamonte, algo de lo que el Ayuntamiento debería sacar pecho. "Viajamos por el mundo ganando dinero y aquí no se nos atiende", lamenta el artista, consciente también de las normativas que limitan esta actividad. "El centro de Sevilla es enorme y desde la Alameda a la Torre del Oro, las fachadas solo admiten una cierta paleta de colores", explica, por lo que se ven obligados a trasladar sus murales de gran formato a zonas aledañas, como el Polígono de San Pablo o el propio paseo de Juan Carlos I.

En definitiva, Sevilla estaría muy por detrás de otras ciudades de Europa en este ámbito. "Aquí estamos peleando por un muro para pintar gratis", revela Bahamonte y concluye, "si las administraciones nos ayudaran a crear obras atractivas y cobráramos por nuestro trabajo, la escena del arte urbano sería mucho más potente".