Zambullirse en el agua con una temperatura corporal elevada puede provocar un síncope
El término "corte de digestión" es inapropiado, pues no se trata de un fallo del proceso digestivo
Con la llegada del verano y el baño en playas y piscinas, algunas personas sufren episodios de hidrocución, un malestar o incluso desmayo que se produce por el contacto súbito en agua muy fría. Es lo que popularmente se conoce como corte de digestión. Término que aclara el doctor Jesús Recio, responsable de la unidad de medicina interna de Vithas Valencia 9 de Octubre, “la realidad es que el término «corte de digestión» es una expresión muy común, sin embargo, es un término inapropiado, ya que no se trata en absoluto de un fallo del proceso digestivo.
El corte de digestión no existe como tal, se llama síncope de hidrocución ya que cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría, se producen unos cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca pudiendo provocar palidez, escalofríos, visión nublada, mareos, vómitos, zumbidos en los oídos, pérdida de conocimiento (síncope) o una parada cardiaca”. Al introducirse en el agua, el organismo disminuye la frecuencia cardiaca y se produce una vasoconstricción periférica para garantizar que el cerebro tenga un aporte preferencial de sangre y por tanto de oxígeno. Cuanto más fría esté el agua y más elevada la temperatura corporal, más acusado será este reflejo produciéndose un shock termodiferencial.
¿Cómo prevenirlo?
Los cambios bruscos de temperatura corporal son peligrosos y pueden acarrear problemas graves para nuestra salud. Incluso la muerte. El doctor Recio expone una serie de pautas imprescindible para evitar los episodios de hidrocución como “evitar zambullirse bruscamente en agua fría o no entrar en el agua después de una exposición prolongada al sol. Para esto es conveniente mojarse progresivamente el cuerpo antes de sumergirse, ya que, si se nota algún mareo o malestar se puede salir del agua cuanto antes y no olvidar que en la piscina se debería pasar por la ducha antes de meterse al agua para ir aclimatando el cuerpo”.
“Además, se debe evitar el baño en agua demasiado fría sobre todo si se encuentra por debajo de 27ºC y por supuesto no hacer ejercicio físico intenso antes de bañarse en agua muy fría”, comenta el especialista quien añade que “por sentido común, eludir entrar en el agua con la digestión en curso porque, aunque no sea siempre el motivo del shock, puede influenciar en ocasiones especialmente si las comidas han sido copiosas o se han ingerido bebidas alcohólicas” Lo ideal en esta época del año es hidratarse con agua, comer ligero y vestir con tejidos frescos y transpirables para ir a la playa o la piscina”. No hay que olvidar la importancia de la educación en los más pequeños. “Es clave, -añade el profesional-, que los niños tengan formación sobre las medidas de seguridad en el agua y reanimación, y por supuesto vigilarlos siempre dentro del agua y enseñarles conductas responsables”
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