Tradiciones apícolas trasladadas al siglo XXI
La empresa Apinazar ha reiniciado la práctica que la familia desempeñaba desde 1870 ofreciendo nueve tipos de mieles
José López Porras y María de los Ángeles Ponce Gálvez son la cuarta generación de apicultores. La herencia viene de la familia de ella, dedicada a este mundo desde 1870. Actualmente, ellos dos están al frente de Apinazar, empresa apícola de Dos Hermanas.
En 2005, María de los Ángeles Ponce decidió recuperar la tradición familiar y comenzar a producir miel de nuevo. Y, durante ocho años, fue una productora anónima, ya que toda la miel recogida era vendida al por mayor en grandes bidones a intermediarios que la envasaban.
Pero, en 2012, José López Porras, su marido e informático de profesión, convirtió su afición en su trabajo, dedicándose exclusivamente a la apicultura junto a su esposa. Fue en ese año cuando decidieron montar la envasadora que tienen en Dos Hermanas. Y, desde el pasado octubre, también cuentan con una tienda propia en la localidad nazarena, donde venden directamente sus productos. Afirma este apicultor que la principal motivación para dar este paso fue el de "ser realmente libres" y no tener que plegarse a los precios que el mercado les impusiera para comprar sus productos. El elemento diferencial de esta apícola nazarena, según explica, es la gran variedad de mieles y la calidad que ofrecen al consumidor. Su lema es "poco y bueno", ya que la calidad del producto es lo más importante para estos emprendedores.
Cuentan con nueve tipos de miel: de flores, eucalipto, tomillo, azahar, espliego, retama, encina, matalahúva (anís) y romero. De estas nueve variedades, todas, excepto las tres últimas, son recolectadas en la provincia de Sevilla o alrededores y envasadas por ellos mismos. La excepción son las mieles de encina, matalahúva y romero que llegan de Jaén, Córdoba y Granada respectivamente. Éstas se le compran a otros productores andaluces, pero sí son envasadas por Apinazar.
Esta empresa no vende exclusivamente miel. También ofrecen jalea real, propoleo y polen fresco. Éste último producto, como apunta López Porras, lo recolectan cada dos días de las colmenas de la Sierra Norte y de la zona del Castillo de la Guardas y lo congelan para venderlo "con todas sus propiedades". Su esposa afirma que "son una de las pocas empresas que venden polen fresco". También pueden encontrarse en el mercado jabones naturales hechos con esta miel.
Estos apicultores se pueden considerar unos afortunados ya que, como asegura rotundamente este empresario, "la crisis no nos afecta". La producción de esta apícola nazarena fue el año pasado de 14.000 kilogramos y este año ya va por casi 7.000 kilos.
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