Trabajo pagado con trabajo

El Banco del Tiempo de Triana utiliza el intercambio de actividades como forma de pago por los servicios recibidos.

Un joven arregla la bicicleta de otro participante en el Banco del Tiempo.
Un joven arregla la bicicleta de otro participante en el Banco del Tiempo.
Carlos M. Rodríguez

16 de julio 2012 - 01:00

Servicios como moneda de cambio. Ésta es la base sobre la que gira una iniciativa que está comenzando a expandirse por el mundo, el Banco del Tiempo. Ante las dificultades económicas que atraviesa España, los vecinos de Triana han decidido organizar el suyo propio, aglutinando a unos 80 trianeros que agudizan el ingenio para hacer frente a la crisis.

Esta iniciativa se trata de un sistema de intercambio de servicios, experiencias, destrezas, habilidades, conocimientos y todo tipo de objetos (muebles, libros, etcétera), según las necesidades de las personas que participen. Pero la particularidad es que giran alrededor de una moneda diferente: el tiempo. Todo basado en que una actividad realizada en una hora equivale a otra de otra hora.

Las personas que participan en el banco reciben un talonario de 10 horas donde se lleva la cuenta de las acciones realizadas y recibidas. Cuando una persona recibe una prestación, éste firma el talonario de quien lo ha asistido, al igual que esa persona firma el del beneficiario, quedando registrado el servicio para controlar las horas. Esta firma va acompañada de la fecha de realización del intercambio y de la ficha de quien lo firma.

Todos estos datos van a parar a los administradores del banco, un grupo de voluntarios que contabilizan las acciones para mantener un registro en una base de datos que gestionan desde el Centro Cívico Las Columnas. Jesús Jurado es uno de estos voluntarios trianeros que gestionan el control de los servicios. "Todo nació a partir de unos ciclos económicos del 15-M, al buscar formulas que permitiesen no recurrir al mercado y desmercantilizar nuestra vida", afirma el licenciado en Ciencias Políticas, cuyas horas de asistencia también son reconocidas como tiempo de ocupación.

Él mismo se beneficia de este programa y recibe servicios a la vez que la presta. "Una chica que tiene la carrera de traducción me tradujo mi currículo al francés, al igual que un artículo para una revista gala. A la vez estuve dando clases a un chico. Cada hora de mi trabajo equivale a otra hora de prestación que puedo recibir".

Estos gestores también ponen en contacto a su casi centenar de usuarios, cifra que ha aumentando desde los 40 que comenzaron en marzo, facilitando las listas de servicios ofrecidos y demandados, además de velar por el buen funcionamiento del Banco del Tiempo. Dicha lista se puede ver en el mismo centro cívico o en su página de Facebook (Banco del Tiempo 15-M Sevilla).

La iniciativa nace como alternativa a los efectos de la crisis, beneficiando, sobre todo, a aquellas personas en situación de desempleo que no pueden pagar monetariamente por estas funciones. Pero su finalidad va más allá. Este programa fortalece las relaciones vecinales en el barrio a través de la ayuda mutua, fomenta principios de igualdad, solidaridad, integración social, respeto y mejora de las relaciones interpersonales y de la autoestima; además de establecerse como un sistema de economía alternativa que no discrimina a las personas por su nivel adquisitivo. Otro punto positivo es que, a pesar de ser un proyecto vecinal, este sistema da cabida a personas de otros barrios o municipios que no tienen Banco del Tiempo, aumentando su carácter abierto y solidario.

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