San Fermín en la Cartuja

El Pabellón de la Navegación acoge hasta enero la exposición 'El encierro. The exhibition', donde se puede conocer la fiesta a fondo

De cerca. Una de las principales características de la exposición es que se ha diseñado de manera que el visitante se acerque a San Fermín con todos los sentidos. / Reportaje Gráfico: José Ángel García
Reyes Rocha

20 de noviembre 2016 - 02:35

El chupinazo, los cánticos a San Fermín, los sonidos de la carrera, la calle Estafeta o cómo se siente un corredor en San Fermín están más cerca que nunca de Sevilla hasta el mes de enero. Los diferntes pasillos por los que transcurren las primeras salas de la exposición situada en el Pabellón de la Navegación van metiendo al visitante en situación; tanto, que una vez pasada la parte más informativa y, en cierto modo, museística, es fácil imaginarse vestido de blanco con fajín rojo, pañuelo al cuello, y un periódico en la mano.

Pamplona y su fiesta, una de las más universales, se explican de un modo muy didáctico en el que la imagen tiene un peso importante. Edorta Baranano, uno de los responsables de este proyecto expositivo, lo define como ocio tecnológico interactivo. Esta exposición de San Fermín tiene su punto de partida en Sevilla para una gira mundial que llevará esta experiencia de San Fermín a diferentes rincones del planeta y cuya etapa española termina en Madrid.

En todo el recorrido se juega con las sensaciones y emociones del visitante, empezando por la película en 3D del encierro, donde el espectador se zambulle en la carrera y comienza la transformación. Antes, el visitante ha podido ver una presentación de la ciudad y de lo que las fiestas de San Fermín ofrecen al visitante durante unas fechas en las que la ciudad pasa de 250.000 habitantes a un millón y medio, de los que el 45% son extranjeros. En esta parte de la exposición no podía faltar un guiño a Hemigway, el escritor que tanto contribuyó a dar fama internacional a la fiesta de Pamplona. Tampoco falta el trazo de los 850 metros que los toros recorren desde los corrales de Santo Domingo a la plaza de toros en una carrera en la que la lucha por la supervivencia hace que todos los sentidos estén alerta.

Pero no siempre fue así. La historia del encierro también está en la exposición con varios murales en los que se narra su evolución desde 1385 y que marca hitos como la primera vez que se permitió al pueblo correrlo (1876), porque hasta entonces sólo tenían el privilegio nobles y familias acomodadas, o la primera visita de Hemingway a Pamplona en 1923. La primera mujer que participó fue en 1962, aunque hasta 1974 no se permitió por ley. Resulta curioso que, a pesar del gran riesgo, sólo ha habido 16 fallecidos en los últimos 115 años.

No falta ningún detalle, tanto que hasta hay espacio para todos los que hacen posible la fiesta: carpinteros, mozos, dobladores, pastores, policía, barrenderos, y, sobre todo, el toro.

Una vez pasada esta zona más expositiva, se vuelve a jugar con las emociones del espectador. En esta ocasión, a través de la tecnología se pueden acercar fotos sobre los sanfermines, oír los testimonios de corredores nacionales e internacionales o cantar a San Fermín antes de la carrera.

Ya está todo listo para ver un tramo de la calle Estafeta donde tres de los seis miuras que protagonizaron el encierro más rápido (dos minutos y 5 segundos) permanecen disecados.

A partir de aquí, toda la muestra se centra en la emoción de la supervivencia, en cómo se oye y se siente San Fermín, cómo lo vive un corredor.

Una vez que la mente está preparada, es el momento de pasar al plato fuerte de la exposición EncierroThe Exhibition, varios simuladores virtuales que hacen al visitante correr, aunque sea de modo simulado, delante de los toros.

El software es español y la realidad de la situación es tal que incluso hay quien, de no tener los arneses de seguridad, habría acabado en el suelo.

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