Ruta por los azulejos sevillanos que tienen una historia que contar
Sevilla tiene una gran cantidad de azulejos a cada cuál más interesante y con más historia
Fuentes históricas que puedes encontrar en tus paseos por Sevilla
Sevilla es una ciudad en la que la cerámica ha estado muy presente a lo largo de su historia, eso se refleja en sus calles, ya que hay multitud de azulejos repartidos por la capital andaluza y también ha sido clave en su comercio ya que ha sido una de las principales ciudades españolas que ha exportado cerámica a países como Reino Unido, Italia o Portugal desde el siglo XVI.
El barrio de Triana ha sido un lugar reconocido mundialmente por su cerámica y es que en sus calles vivían en su día numerosos alfareros que se dedicaban a hacer objetos con arcilla tanto para la vida cotidiana como para decoración. Se hacían platos, ollas, vasos, jarras, vasijas, floreros, azulejos o baldosas. Por eso no es de extrañar que Sevilla tenga tantos azulejos por sus calles.
Azulejos de la Plaza de España
La Plaza de España es uno de los lugares más visitados de Sevilla y acoge a diario a miles de turistas que se quedan fascinados con los azulejos que representan a las 46 provincias que conforman España y además también está incluidos los dos archipiélagos que había en 1929. Además de las provincias casi toda la ornamentación de los murales que decoran este icónico lugar de la ciudad también están hechos de azulejo cerámico.
Azulejos de Cervantes
El afamado escritor estuvo residiendo en Sevilla durante una etapa de su vida y la ciudad ha querido rendirle homenaje poniendo más de 25 azulejos en su honor. Algunos de ellos están situados en calles tan populares como Betis, Adriano o la Plaza del Pan. Una pequeña muestra del cariño y el respeto que se le tiene a Cervantes en la sociedad sevillana.
En la Antigua Cárcel Real (Sierpes-Entre Cárceles) se puede leer en uno de los azulejos: "En el recinto de estas casas, antes Cárcel Real estuvo preso 1597-1602, Miguel de Cervantes Saavedra. Aquí se engendró para asombro y deleite del mundo El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha".
Azulejo a San Fernando, patrón de la ciudad
En el número 7 de la calle Cano y Cueto hay un gran azulejo del que es el patrón de la ciudad, San Fernando. No sólo está allí como elemento conmemorativo sino que alude a su pernoctación en la posada que hubo en ese espacio, muchos años atrás, según cuenta la leyenda. La fábula asegura que durmió allí y que estuvo presente en la comitiva de entrada a la ciudad tras haberla conquistado. Como durmió en este sitio y el trato fue exquisito, concedió a esta posada un privilegio inusual par ala época: agua potable y encima gratis.
Como era tradición que no se cobrara el agua a este establecimiento, el Ayuntamiento de Sevilla se mantuvo firma en esa postura concedida por Fernando III y no cobraba el agua de ese edificio a ninguno de los habitantes que vivían allí, no obstante, eso cambió cuando abrió el restaurante El Toboso.
La calavera de la Bella Susona
En Sevilla hubo una época en la que convivieron las tres grandes religiones monoteístas: el cristianismo, la islámica y el judaísmo. Según cuenta la leyenda la joven Susana Ben Susón (Susona), judía, se enamoró de un apuesto joven cristiano y advirtió de que su padres y un grupo de colegas iban a iniciar una revuelta contra los cristianos y no dudó en avisar a su amado para que protegiera a los suyos.
Esto terminó con su padre y otros veinte judíos muertos y tras una vida muy desdichada por haber traicionado a su familia, como última voluntad dejó dicho que "Y para que sirva de ejemplo a los jóvenes en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa, y quede allí para siempre jamás".
De manera que su voluntad se hizo realidad y su calavera se colocó en la entrada de la que fue su casa, con el paso del tiempo, se cambiaron sus restos por el de un azulejo en su honor.
Azulejo a Ofelia Nieto
Ofelia Nieto nació en Santiago de Compostela en 1899 y falleció en Madrid el 22 de mayo de 1931. Fue una de las grandes cantantes de ópera que vivió enamorada de Sevilla. Ofelia Nieto, la voz y el corazón de oro, cuyas privilegiadas dotes y arte exquisito tan desinteresadamente prodigó en beneficio de los pobres de Sevilla fue conmemorada por parte del ayuntamiento de la ciudad en 1935.
Para rendirle culto y mantenerla viva en el recuerdo de todos los sevillanos se le puso un mural de azulejos en el Parque de María Luisa enfrente de la fuente de los Leones. Estos baldosas cerámicas, representan a Ofelia Nieto acompañada por dos figuras que simbolizan el canto y la música. El dibujo de esta composición es de Juan Miguel Sánchez, y la realización, de la Fábrica de Nuestra Señora de la O de Triana. Asimismo en azulejos, en dos paredes laterales, se ofrecen nombres de compositores famosos y títulos de obras musicales. La complementan una fuente central y los consabidos bancos.
Azulejo del pajarito de San Pedro
Uno de los azulejos más admirados de la ciudad es el que se encuentra en el exterior de la iglesia de San Pedro. En él se representa las ánimas en el purgatorio, pero además de ser una obra fantástica, este azulejo tiene un detalle que lo convierte en único. Tiene un secreto que debe ser encontrado, muchos de los locales y turistas que visitan la ciudad acuden a esta iglesia en busca de encontrar el elemento "perdido" dentro del azulejo: un jilguero.
Se dice que el que encuentre el jilguero escondido dentro del azulejo se casará en poco tiempo.
Azulejo de Studebaker
En la calle Tetuán, en pleno centro de Sevilla se encuentra uno de los azulejos más identificativos de la ciudad y se trata de nada más y nada menos que de un anuncio de coches. Se hizo en Fábrica Viuda e Hijos de Mª Ramos Rejano en 1924 y se colocó en el antiguo café- bar El Sport para promocionar una marca de coches.
La imagen representa a un grupo de personas subidas a un vehículo Studebaker en el campo y al fonde del azulejo se ve la escultura de El Pensador de Rodin. En el mismo azulejo se puede leer: "Studebaker automóviles de 6 cilindros". A pesar de que el entorno ha cambiado, han pasado varios comercios en ese establecimiento, el azulejo se ha mantenido intacto ya que forma parte de la arquitectura sevillana.
Azulejos con historias que contar
En Sevilla se han vivido varias inundaciones a lo largo de su historio y se han querido rememorar dichos sucesos con algunos azulejos identificativos en algunos barrios. Uno de ellos está situado en la Alameda de Hércules, en la calle Santa, donde se recuerda hasta dónde llegaron las aguas en 1961.
En el Callejón de la Inquisición, en el barrio de Triana, hay otro azulejo que indica también hasta donde llegaron las aguas en la inundación que sufrió Sevilla el 10 de marzo de 1892.
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