La Rioja Alavesa baja hasta el sur para hacerse más visible
Vinos y gastronomía
La Diputación de Álava y el Basque Culinary Center presentan en Sobretablas los nuevos proyectos de expansión de la comarca en la restauración y comercios andaluces
Entrevista a Robert Tetas, sumiller de Sobretablas
Los vinos de Rioja recuperan su buen 'feeling' con el sur
La Rioja Alavesa quiere estrechar lazos con el sur. Que sus vinos, tan reconocidos y consolidados a nivel internacional, tengan una visibilidad e implantación mayor por tierras meridionales. Y por ello, la Diputación Foral de Álva y el Basque Culinary Center organizaron un almuerzo en Sobretablas, el exitoso restaurante que regentan la chef sevillana Camila Ferraro y el sumiller catalán Robert Tetas.
La comarca vasca de la D.O.Ca. Rioja se extiende a lo largo de 63.000 hectáreas de viñedos al sur de la provincia de Álava y engloba a unas 600 bodegas. El diputado de Agricultura de Álava, Eduardo Aguinaco, desveló que “sólo 30 de esas 600 bodegas mueven el 80 por ciento del volumen de 250 millones de botellas de vino que producimos al año, pero surgen numerosos proyectos jóvenes realmente modernos e innovadores, poco conocidos a los que también queremos dar la mayor visibilidad. Queremos posicionar ese prestigio y esa notoriedad de la Rioja Alavesa, que es una palanca de desarrollo para Euskadi y un orgullo para toda la D.O. Rioja”.
Iñaki Suárez, sumiller vasco, sirvió y desentrañó las notas especiales de los cuatro vinos elegidos para el amistoso desembarco en Sevilla. Y a su vez, Camila Ferraro daba detalle de los platos elegidos para el maridaje.
El primer vino, un blanco joven, Ostatu 2022, fragante y con una equilibrada acidez, elaborado con 85% viura y 15% malvasía, fue degustado con uno de los platos emblemáticos de Sobretablas, los langostinos con chicharrones, que despertaron la admiración en la delegación vasca.
Bodegas Baigorri aportó otro blanco, esta vez fermentado en barrica, con algo de garnacha blanca, para la terrina de codorniz y pepino condimentado. Luego llegan unas delicadísimas alcachofas con jamón, un platazo. De Bodega Zugober, una garnacha muy personal para el canelón de coquelet, portobellos y trufa. Y para la paletilla de cordero deshuesada, Lindes de Remelluri Reserva 2014, un tinto estructurado, “clásico, que no viejo”, puntualiza Iñaki Suárez.
Sobre Viñedos de Álava, ese movimiento para crear una DO propia y desgajarse de Rioja, Eduardo Aguinaco comentó: “Los respetamos, pero apostamos por Rioja, que necesita, eso sí, cambios para incorporar proyectos nuevos”.
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