Así tienes que ponerte la mantilla el Jueves Santo según los diseñadores sevillanos

La asociación Qlamenco ha presentado este jueves en las setas 'Sí, mantillas. Sí, moda', un evento en el que 15 diseñadores mostraron sus propuestas de esta prenda

Desfile de mantillas en las setas.

Una mujer de mantilla siempre llama la atención a su paso. La indumentaria, tan llamativa, capta la atención de cualquiera que se la cruce. Sobre todo si no es Semana Santa y el común de los mortales hace su vida con normalidad. Entre cafés de media mañana, operarios repartiendo mercancía y vecinos que hacían sus compras en el mercado, un reguero de mujeres vestidas de mantilla se mezclaban entre la multitud en los aledaños de la plaza de la Encarnación.

El motivo no era otro que la presentación Sí mantillas. Sí moda, un evento organizado por La Asociación de Diseñadores Empresarios de Moda y Artesanía Flamenca Qlamenco que busca poner en alza el valor de esta prenda. A través de 15 propuestas, distintos diseñadores dieron su visión del traje de mantilla.

Agustín Roiz, Ana Morón, Antonio Gutiérrez, Atelier Rima, Aránega, Benjamín Bulnes, Carmen Vega, Francisco Tamaral, Javier García, José Galván, José Raposo, Loli Vera, Luis Fernández, Pedro Béjar y Yolanda Rivas fueron los diseñadores y firmas participantes en esta cita.

Tradición y vanguardia, en perfecta armonía

De riguroso negro, como manda la tradición, las modelos lucieron diseños en los que lo clásico y la vanguardia se daban la mano en perfecta armonía. La indumentaria de mantilla poco o nada invita a la innovación por tratarse de un estilismo sobrio y con tintes religiosos pero siempre se puede adaptar a los nuevos tiempos y necesidades femeninas.

Detalles de las propuestas vistas en 'Sí, mantilla. Sí, moda'.
Detalles de las propuestas vistas en 'Sí, mantilla. Sí, moda'. / Belén Vargas

Respetando la tradición, los diseñadores, en su mayoría, apostaron por el cuello a la caja. A veces sencillo, a veces más transgresor, este tipo de corte en ocasiones se acompañaba de lazos en terciopelo (un tejido tradicional en este tipo de indumentaria), como propone Pedro Béjar, o estaba aderezado con un cuello de camisa, como propone Antonio Gutiérrez. La única propuesta escotada, la de Luis Fernández, que además tenía unas originales hombreras superpuestas.

Detalle en una chaqueta bómber, propuesta de Benjamín Bulnes.
Detalle en una chaqueta bómber, propuesta de Benjamín Bulnes. / Belén Vargas

Con un largo rigurosamente protocolario, todas las propuestas rompen con lo establecido de forma respetuosa y fiel a la tradición. De ahí que en algunos diseños la manga francesa se transforme en un volante de capa drapeado, como se observa en Yolanda Rivas, en otros se apueste por el encaje, como en el diseño de Carmen Vega, o plumeti, como se observa en Francisco Tamaral. Esta última propuesta, además, resultó muy rompedora por tratarse de un diseño de dos piezas con una voluptuosa falda en terciopelo, organdí y plumas.

Diseños originales y detalles atrevidos

A pesar de que la tradición es férrea, algunos de los diseños destacaron por su originalidad. Es el caso de la propuesta de los artesanos Agustín Roiz y Benjamín Bulnes. Emulando a una dama italiana de los años ochenta, la mujer de mantilla de Roiz y Bulnes lleva pantalón palazzo, rosetones de seda en la espalda y una original peina artesana con la silueta de la sagrada forma y un crucifijo. "Hemos querido presentar algo diferente pero que resultase armonioso", señala Agustín Roiz Transgresor y también ochentero, el diseño de José Raposo se inspira en la arquitectura. Raposo presenta un vestido de corte clásico y protocolario pero con hombreras de pico grandes botones forrados en punto en 3D en la trasera del vestido.

Propuesta de Agustín Roiz y Benjamín Bulnes.
Propuesta de Agustín Roiz y Benjamín Bulnes. / Belén Vargas

Cómo colocar la mantilla

Con complementos y peinas de Foronda, durante el desfile explicaron cómo debe colocarse la peina y la mantilla. En primer lugar y para su fácil colocación, se realiza un recogido bajo y sobre él se colocan un par de peinecillos enfrentados. Sobre ellos, cuando estén bien fijos, se coloca la peina. Una vez colocada, se pone la blonda sobre la cabeza (en función de la tipología se colocará de una u otra forma sobre la cabeza) y se fija con un par de horquillas (es importante que no se vean, por eso pueden ser horquillas de moño). Para finalizar, se cogen tres pliegues pequeños de la blonda por detrás y se coloca el broche.

Una joven espera mientras le colocan la mantilla.
Una joven espera mientras le colocan la mantilla. / Belén Vargas
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