Hacer dieta engorda

Planeta publica el revolucionario método de Luis Navarro para conseguir perder peso

Luis Navarro ofrece en su libro las claves con las que trabajar la ansiedad para controlar la alimentación.
Luis Navarro ofrece en su libro las claves con las que trabajar la ansiedad para controlar la alimentación. / M. G.
S. V.

18 de febrero 2019 - 05:15

Hacer dieta engorda. Los estudios así lo demuestran y el libro Los 4 hábitos de la gente delgada. La comida no engorda, tu ansiedad sí, también. Con el método de Luis Navarro, publicado por Planeta, aprenderá a resolver su ansiedad y sus emociones y a usar la inteligencia de su estómago.

Perder peso y quitarse los kilos de más se ha convertido en la obsesión de millones de personas, dispuestos a seguir, una y otra vez, la última dieta de moda. Sin embargo, casi siempre se acaba fracasando, puesto que las dietas no son más que un círculo de descontrol alimentario, nada beneficioso para las personas que quieran perder peso.

"La verdad del sobrepeso se debe a que has puesto más energía en tu cuerpo que la que has gastado, el primer paso para adelgazar es dejar de hacer dieta", explica Luis Navarro.

Es necesario preguntarse si realmente se tiene hambre o es ansiedad.
Es necesario preguntarse si realmente se tiene hambre o es ansiedad. / M. G.

Cuatro nuevos hábitos para adelgazar

El método de Luis Navarro trata de sustituir progresivamente los hábitos negativos que tenemos por cuatro nuevos. Se tarda de media entre 60 y 90 días para crear nuevos hábitos.

Primer hábito. Como cuando tengo hambre física

Para resolver definitivamente el problema de peso hay que actuar sobre las causas de éste. Las causas del sobrepeso son dos: los hábitos negativos y las emociones.

"Por favor, ponte la mano en el estómago y hazte la pregunta con la intención de conectar con tu estómago, con los ojos cerrados: ¿Realmente tengo hambre?. Una pregunta hay que hacerla verbalmente con la intención de conectar con el estómago. Muchas personas tienen nervios o ansiedad en el estómago y lo confunden con hambre física. Los jugos gástricos tampoco son hambre física, contrariamente a lo que todo el mundo piensa, son sólo jugos gástricos. El hambre no se pasa sin comer, va a más y más hasta que comes, porque es un mecanismo de supervivencia".

Comemos de forma automática a causa de los horarios, los hábitos, las emociones o los impulsos.

Segundo hábito. Disfruto comiendo

"Cuando comas, come", dice Luis Navarro parafraseando a su abuela. Nada de móviles, ordenadores, radio, televisión, libros, periódicos o revistas. Estar presente cuando comemos es esencial para sentir la sensación de saciedad.

Para desarrollar nuestra intención de disfrutar comiendo, debemos masticar sin prisa, degustando lo que tenemos en la boca. El ritmo será diferente dependiendo del tipo de alimento: ensalada, pescado, carne, verdura o fruta.

El autor también recomienda dejar el tenedor en la mesa entre bocados. Tampoco debemos buscar la sensación de saciedad, no la encontraremos por más ganas que pongamos, no es un acto de voluntad.

Tercer hábito. Como lo que me apetece

Es una falsedad afirmar que hay alimentos que engordan por sí mismos. Sin darnos cuenta, hemos dado a ciertos alimentos el poder de engordarnos. Con ello hemos creado la fantasía, la ilusión colectiva de que algo externo, como algunos productos, tiene el poder intrínseco de engordarnos.

Portada de 'Los cuatro hábitos de la gente delgada'.
Portada de 'Los cuatro hábitos de la gente delgada'. / M. G.

La visión de Luis Navarro es muy clara, "no existen los alimentos que engorden, es una fantasía, una ilusión, una falsedad, no hay alimentos que engorden. Todo engorda si comes demasiado. Nada engorda si tu cuerpo lo gasta. Lo que te ha engordado es el conjunto de lo que has comido".

Cuarto hábito. Paro de comer cuando siento saciedad

Una de las formas de sentir saciedad es cuando notamos que, después de unos cuantos bocados, lo que estamos comiendo no tiene ningún sabor, es una pasta en la boca. Esto sucede porque el centro de placer del cerebro asociado a la alimentación ha detectado que no te hace falta más energía y, por eso, la sensación de sabor ha desaparecido.

El objetivo de comer es alimentarse, esa es la prioridad. Pero parece que nuestra prioridad durante muchos años ha sido comer todo lo que había en el plato. A este respecto el autor lanza otra de sus preguntas para hacernos reflexionar sobre nuestros hábitos alimentarios. "¿A quién respetas más, a un poco de comida o a ti? Espero que, a ti, porque cuando comes lo que necesitas y no paras cuando tienes suficiente, no te estás respetando".

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