El Festival de las Naciones, para comer auténtico

Ocio y gastronomía

"El evento pasó de ser hipermasivo a dar un paso cualitativo", resalta Sergio Frenkel, director de un certamen abierto todo el mes

La gastronómica oferta va desde el ceviche peruano a la carne de cocodrilo o de canguro australiano

El Festival de las Naciones ofrece una amplia oferta gastronómica internacional.
El Festival de las Naciones ofrece una amplia oferta gastronómica internacional. / Juan Carlos Vázquez

Aída Vivancos, peruana, lleva medio siglo cocinando y un buen ceviche ya no guarda secreto alguno para ella: "El pescado, además de bien fresco, debe tener una carne firme, una fibra dura, que aguante bien esa maceración, este es con perca, pero en España también tenéis una corvina fantástica para ello". Con delicadeza y amabilidad sirve unas tapas del representativo plato, cada vez más implantado entre los españoles, entre los periodistas gastronómicos asistentes a la degustación que organizó la dirección del Festival de las Naciones, que, con el respaldo institucional del Ayuntamiento y de la Fundación Cajasol alzó el telón un año más (y van 27 ediciones) en el Prado de San Sebastián el 25 de septiembre pasado y lo arriará el 1 de noviembre.

Junto a Aída, ofician de maestros de ceremonia los socios fundadores del certamen, el argentino Sergio Frenkel, director, y su paisano y mano derecha José Caro, que está a cargo del stand de Argentina, contiguo al de Cuba donde se celebra la degustación. “Lógicamente, el festival de las Naciones ha ido evolucionando con los tiempos y más con una pandemia que aún no acabó y que nos lleva a un cambio de ciclo. Todo ha llevado a una actual edición más ordenada y comedida, que ha dado un paso cualitativo en su oferta gastronómica, sus instalaciones, pues por ejemplo ya está tarimado el 80 por ciento de la superficie, y también en las actuaciones musicales de artistas emergentes que darán que hablar”, resalta Sergio Frenkel.

Efectivamente, junto a los numerosos puestos de productos artesanales que reciben al visitante a la entrada, y que tanta personalidad le ha dado al evento a lo largo de sus casi tres décadas de vida, se reparten, ya camino del escenario que está ubicado al fondo, las casetas donde disfrutar de la comida y la bebida de diferentes países: “nuestro valor es la autenticidad y en cada stand trabaja y cocina gente de ese país o que haya vivido en él para que sepa transmitir la personalidad y particularidades del mismo”, explica José Caro, empresario importador de productos de Argentina.

Sergio Frenkel, en el centro, ofrece unos tamales de carne de cerdo junto a su socio, José Caro.
Sergio Frenkel, en el centro, ofrece unos tamales de carne de cerdo junto a su socio, José Caro. / Juan Carlos Vázquez

Y empiezan a desfilar sin solución de continuidad platillos que prometen autenticidad: tamales de Puerto Rico, con una masa de harina de maíz rellena de carne de cerdo y plátano frito; los dolmas griegos, hojas de parra rellenas de arroz; Francia sirve crepes salados y dulces, además de vino blanco; los brasileños llegan con una sabrosa picaña con yuca frita de guarnición; México se suma con su guacamole y sus tacos; y el tono exótico va un paso más allá con los pepitos de carne de cocodrilo (materia prima procedente de Zimbabue) y los de carne de canguro que aporta el puesto de Australia. “El marketing funciona cuando es creíble”, proclama Sergio Frenkel...

El festival está abierto de 11:00 a 00:00 horas de lunes a jueves y domingos; viernes, sábados y festivos cierra a la 1:00. Su aforo es limitado, con acceso gratuito de lunes a viernes. Sábados, domingos y vísperas de festivos, los mayores de 10 años y menores de 65 pagan 2 euros por su entrada. Más información, en festivaldelasnaciones.es.

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