¿Por qué se conoce a Écija como la ciudad de las torres?
La prominencia de las torres en Écija se remonta al siglo XVIII, una época de gran prosperidad para la ciudad
El difícil equilibrio entre lo tradicional y el turismo
Las moñas de jazmín, una tradición desaparecida en la ciudad de Sevilla
Écija, situada entre Sevilla y Córdoba, es famosa por su impresionante horizonte marcado por numerosas torres. Sin embargo, esta característica arquitectónica es solo una parte de su rica historia y patrimonio cultural. Para comprender por qué se le conoce como la ciudad de las torres, debemos explorar su evolución histórica, sus monumentos y su cultura.
La prominencia de las torres en Écija se remonta al siglo XVIII, una época de gran prosperidad para la ciudad. Durante este período, se construyeron numerosas iglesias y conventos, muchos de los cuales incluían torres altas y esbeltas. Estas torres no solo servían como campanarios, sino también como símbolos de poder y riqueza. La construcción de estas estructuras reflejaba la importancia religiosa y social de Écija en esa época.
¿Por qué se conoce a Écija como la ciudad de las torres?
Esta denominación se debe a las once torres que se elevan majestuosamente sobre el horizonte de la ciudad, simbolizando su rica herencia barroca y su época de esplendor en el siglo XVIII. Las torres de Écija se construyeron principalmente durante el siglo XVIII, cuando la ciudad experimentó un auge económico significativo. Este periodo permitió la edificación de numerosas iglesias y conventos, muchos de los cuales incluían torres altas y esbeltas como elementos distintivos. Entre las torres más destacadas se encuentran la de la Iglesia de Santiago, conocida por su elegancia; la de Santa María, famosa por sus numerosas campanas y su similitud con la Giralda de Sevilla; la de San Juan, considerada la más representativa del estilo ecijano; y la de San Gil, con su imponente presencia.
Fundada por los tartesos en el siglo VIII a.C., la ciudad ha sido hogar de romanos, visigodos, árabes y cristianos, cada uno de los cuales ha dejado su huella en la arquitectura y cultura locales. El trazado urbano de Écija se ha mantenido casi intacto desde la época romana, cuando la ciudad era conocida como Astigia. Este legado urbanístico añade un valor histórico significativo a sus calles y edificios. En 2002, durante las obras para construir un aparcamiento subterráneo en la Plaza de España, se descubrieron importantes restos arqueológicos romanos y musulmanes. Entre los hallazgos más destacados se encuentra la Amazona Herida, una de las esculturas clásicas mejor conservadas del mundo. Este descubrimiento reveló la existencia de un estanque romano del siglo I a.C., posteriormente utilizado como lugar de enterramientos colectivos árabes.
El Museo Histórico Municipal, ubicado en el Palacio de Benamejí, es un destino imprescindible para los amantes de la historia. Este museo ofrece una rica colección de artefactos y exhibiciones que narran la historia de Écija. La Amazona Herida y varios mosaicos romanos, que se encuentran entre los tesoros más notables del museo, proporcionan una visión fascinante de la vida en Écija durante la época romana. El siglo XVIII fue una época de auge económico y cultural para Écija. Durante este período, la ciudad se transformó con la construcción de numerosos conventos e iglesias, reflejando la riqueza y la influencia de la ciudad. Además de las torres, Écija es famosa por sus casas-palacio, que muestran la opulencia de la nobleza local. El Palacio de Peñaflor, con su fachada curva y frescos decorativos, y el Palacio de Valdehermoso, con su impresionante fachada plateresca, son ejemplos destacados de la arquitectura barroca de Écija. Muchas de estas casas-palacio aún se pueden visitar, ofreciendo una visión del lujo y la sofisticación del barroco andaluz.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Cervezas Alhambra
Contenido ofrecido por Osborne
Contenido Patrocinado
Contenido ofrecido por Universidad Loyola