Cuatro leyendas del Alcázar de Sevilla que debes conocer para tu próxima visita

Entre los muros y los jardines del Real Alcázar de Sevilla se ocultan múltiples leyendas que a día de hoy siguen siendo con cocidas en la ciudad. Algunas de ellas tienen el mismo protagonista, el rey Pedro I de Castilla, también conocido como Pedro I el Cruel (también el Justo o el Justiciero, según si eran partidarios o detractores del monarca).

Estas son algunas de las leyendas que oculta el Alcázar:

La leyenda de la mancha de sangre

En la conocida como Sala de la Justicia se puede ver una mancha en uno de los azulejos, que se relaciona con una leyenda protagonizada por Pedro I. Esta leyenda cuenta que el monarca se enfrentó a don Fadrique Alfonso de Castilla, al enterarse de la aventura que este tenía su esposa doña Blanca de Borbón.

El enfrentamiento tuvo un desenlace fatal, la muerte de don Fadrique. La escena del crimen quedaría también marcada según la leyenda, puesto que una gran mancha de sangre gran mancha de sangreen suelo, que sería absorbida por el mármol.

La leyenda de las naranjas

La siguiente leyenda tiene como escenario los jardines del Alcázar. Según cuenta, don Pedro se encontraba en el proceso de selección del que sería su Escribano Mayor.

Para ello reunió a todos los candidatos en los jardines, en cuyo estanque central había unas naranjas. A los aspirantes les fue pasando de uno en uno y les hacía la misma pregunta: cuántas naranjas había en el estanque. Sin embargo, no hubo ninguna respuesta que dejara satisfecho al monarca hasta que fue el turno del último hombre que quedaba.

Antes de responder la pregunta de Pedro I, el hombre pidió una vara. Con ella dio la vuelta a las naranjas, viendo que estaban en realidad partidas por la mitad (cambiando así el número aparente de naranjas del estanque). Tras ello las contó y dio su respuesta al rey, que lo aceptó como digno para el puesto por su ingenio y sentido común.

Los almendros del Alcázar

Aunque hay varias versiones de esta leyenda que cambian la localización de los almendros, una de ellas dice que estos fueron plantados en los jardines del Alcázar. En esta historia el rey Al-Mutamid Al-Mutamiddecidió usar estos árboles para cumplir el deseo de su esposa. Esta quería ver la nieve, puesto que le recordaba a su hogar, pero que era algo complicado que ocurriera en la ciudad de Sevilla. Por ello, el monarca plantó los almendros, junto con otros árboles y plantas como el jazmín, el azahar y el melocotonero, obteniendo un manto blanco de flores creaba la falsa sensación de ver la nieve.

La leyenda de los Baños de doña María de Padilla

Doña María de Padilla fue una de las amantes de Pedro I, nombrada reina y esposa legítima a su muerte y que dio nombre a estos baños. Estos se encuentran bajo el patio del Crucero y a los que se accede desde el jardín de la Danza. La leyenda cuenta que la amante del rey tomaba sus baños en ellos y existen varias versiones relacionadas con los baños, que cuentan que algunas noches Pedro I la observaba, mientras que otras aseguran que el monarca hacía beber sus aguas a aquellos que visitaban el Alcázar.