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Dormir bien durante la ola de calor, una cuestión de alimentos

Consejos

Combinar unos buenos hábitos a la hora de comer facilita la conciliación del sueño en las noches estivales

La cercana ola de calor puede provocar que resulte complicado conciliar el sueño. / M. G.
S. V.

31 de julio 2018 - 05:00

Dicen los meteorólogos –y en la barra del bar no se habla de otra cosa– que mañana empieza la primera ola de calor del verano. Anhelada por muchos, sobre todo por los que pasan estos días en la playa y todavía no se han atrevido a darse un chapuzón, la subida de temperaturas trae consigo efectos nocivos. Además del malestar y la incomodidad que éstas producen, el ascenso de las temperaturas supone también que con las noches cálidas se tengan más problemas a la hora de conciliar el sueño. En este sentido, Grupo NC Salud encuentra en la alimentación uno de los recursos más potentes con los que contar para evitar que estos cambios afecten de manera negativa a nuestra salud.

"El binomio alimentación-sueño marca el estado anímico, bienestar físico y rendimiento laboral. Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y cerca de diez años comiendo, por lo que merece la pena adoptar una rutina que eduque nuestro descanso y nuestro sistema digestivo, apostando por la calidad de vida, la salud y la positividad", apunta Marta Gámez, directora técnica del grupo.

La primera de las recomendaciones es apostar por la fórmula de la vitamina C y el magnesio. Para mantenernos despiertos durante el día, es muy recomendable ingerir por la mañana frutas con vitamina C, como la fresa, el kiwi o la naranja. Por la tarde, hay que apostar por aquellos frutos ricos en magnesio, como el plátano, la nuez o la avellana, pues este mineral actúa como relajante muscular y nos prepara para el momento de irnos a dormir.

Por otro lado, los alimentos con triptófano son una buena opción. Las legumbres, los frutos secos, la carne o la avena, entre otros, son grandes aliados para regular los ciclos del sueño y mantener un buen estado anímico. Lo logran gracias al triptófano, un aminoácido esencial que aumenta los niveles de serotonina y melatonina, reguladoras del sueño de una forma natural.

Otro los consejos es no acostarnos inmediatamente después de cenar, pues potencia la subida del contenido ácido del estómago al esófago, provocando síntomas como el ardor o las náuseas. Para aquellas personas que afirman cenar justo antes de ir a dormir para evitar sentir hambre durante la noche, se les recomienda que realicen la cena dos horas antes de acostarse y que, justo antes de irse a la cama, tomen una fruta o un yogurt natural desnatado para frenar esa sensación de hambre mientras descansan.

A esto hay que añadirle el evitar comidas ricas en grasas especialmente por la noche. Alimentos como los embutidos, quesos curados, salsas y frituras suelen desencadenar episodios de acidez de estómago que dificultarán la calidad de nuestro sueño y causarán sensación de pesadez e incomodidad a la mañana siguiente. Es importante que la cena no sea demasiado copiosa, por lo que sería bueno adquirir el hábito de cenar de manera suficiente para sentir saciedad sin llegar a sentir hinchazón abdominal. Por último se recomienda eliminar las bebidas estimulantes como el café o los refrescos de cola, así podrás sentirte más relajado y conciliar mucho antes el sueño.

Con esta serie de recomendaciones ayudaremos a nuestro organismo a descansar correctamente a pesar de las temperaturas de la época estival.

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